En
un mundo donde el egoísmo es norma habitual en el comportamiento humano,
siempre cabe resaltar a las personas que piensan más en el beneficio de los
demás que en el suyo propio.
Puede
que sorprenda a algunos, pero ese es el caso de uno de los artistas más
célebres de todos los tiempos dentro del ámbito hispano, Jorge Negrete. El
charro cantor, cuando estaba en la cumbre de su fama, decidió consagrarse en la
lucha de defender a sus compañeros los actores, siendo elegido presidente de su
sindicato. Él unos años atrás, cuando intentaba abrirse paso como artista en
Estados Unidos, había sufrido en sus propias carnes lo que era sentirse
desasistido. Esta experiencia no se borró de su mente, sino que le sirvió para
intentar mejorar las condiciones de los actores mexicanos.
Fue
tanto el empeño que puso y las horas que le dedicó, que dejó de lado sus
compromisos profesionales. Como consecuencia de ello, fue perdiendo la fama que
tanto le había costado ganar a ambos lados del océano.
Jorge Negrete con el Trio Calaveras en Alicante durante su visita de 1948
Cuando
visitó por primera vez España en 1948, fue recibido con una expectación
inusitada. Según se cuenta las recatadas españolas de la época, olvidando su
pudor, arrancaron todos los botones de la chaqueta del cantante. Sus
intervenciones tanto en los teatros como en los micrófonos de Radio Madrid,
sirvieron como pórtico de la película que rodaría en nuestro país “Jalisco
canta en Sevilla”, donde debutaba una jovencísima Carmen Sevilla.
La verbena de la Paloma
Cuando
regresó a España dos años después, no se produjo el mismo clima de aceptación,
ese tiempo que Negrete había ocupado pensando en los demás, lo había alejado de
un público siempre atento a la última novedad. Apenas había periodistas cuando
llegaron al madrileño Hotel Emperador donde se alojaría junto a su compañera
por aquél entonces Gloria Marín.
Jorge Negrete con su pareja de entonces Gloria Marín
El
motivo de esta nueva visita era la de rodar una película titulada “Teatro
Apolo” cuyo productor era Cesáreo González. Su marca “Suevia Films” había
surgido recién terminada la guerra civil en 1940, siendo la única productora
que podía rivalizar con la hasta entonces indiscutible CIFESA. Precisamente uno
de los directores emblemáticos de la mítica productora, Rafael Gil, había
abandonado a esta para trabajar en la nueva empresa del empresario vigués. De
esto hacía ya tres años y desde entonces Gil se había convertido en el director
más importante de Suevia Films, siendo para el los proyectos de más
envergadura.
El auténtico Teatro Apolo madrileño
Cuando
Cesáreo González le pidió a Rafael Gil un proyecto que pudiera servir para el
astro mexicano, éste recordó que tenía un guion que había sido premiado por el
Sindicato Nacional del Espectáculo hace cuatro años. Lo escribió el propio
director en compañía de Carlos Fernández Cuenca, en otros tiempos director de
cine vanguardista, reconvertido a censor y crítico teatral del diario Ya, junto
a uno de sus colaboradores habituales Antonio Abad Ojuel, fruto de cuya
relación nacieron dos de los mejores filmes de Gil, “Don Quijote de La Mancha”
y “La fe”.
Rafael Gil
Como
su propio título indica, Teatro Apolo es una crónica de la edad de oro del
género chico, cuyo templo fue sin duda el bello teatro madrileño. Para
amalgamar toda la música obra de los grandes compositores de la época como
Bretón, Chapí y Chueca, se utilizaron los servicios de Juan Quintero, uno de
los más prolíficos y prestigiosos compositores de música para el cine. Quintero
compuso además un bonito número inspirado en los espectáculos de cafetín que
interpreta la pareja protagonista.
La pareja actuando en los cafetines de la época
Aunque
Negrete debía su fama a las canciones pseudo folklóricas de raigambre mexicano,
su formación era lírica, siendo uno de los discípulos del gran profesor azteca
José Pierson por cuya prestigiosa academia pasaron voces de la categoría de
Juan Arvizu, Pedro Vargas o José Mojica. Tanto en el disco como en sus filmes
Negrete tiene pruebas de su categoría en el género lírico, en romanzas tanto
españolas como latinas, poseyendo una voz de barítono lírico con gran facilidad
para alcanzar notas altas, que es la ideal para la mayoría de papeles
masculinos en la zarzuela.
Negrete cantando Molinos de Viento del maestro Luna
Mientras
Negrete podía parecer un intruso en el género, su paternaire María de Los
Ángeles Morales se había convertido en la gran revelación de la lírica
española. Con sólo 21 años la soprano madrileña había actuado por medio mundo
demostrando sus magníficas cualidades para la ópera siendo sus personajes más
representativos Lucía de Lammermoor en la ópera homónima de Donizetti y Violeta
en La Traviata de Verdi. En sus recitales también tenían su sitio las canciones
españolas e interpretado sobre el escenario la obra cumbre del género
zarzuelero “Doña Francisquita”, además de intervenir en el estreno de dos obras
líricas del gran Joaquín Rodrigo. Con ese bagaje se presentó en este su debut
cinematográfico, donde dio muestras de su habilidad no sólo canora sino también
interpretativa.
La Gran Vía de Chueca
M. De Los Ángeles Morales cantando la jota del Niño Judío
Es
que uno de los mayores aciertos de Rafael Gil era sacar lo mejor de sus
actores, Negrete aunque ya un veterano delante de las cámaras, logra aquí
quizás la mejor interpretación de su carrera y forma una estupenda pareja con
Morales.
Una cómica escena de la película
Esto
en lo que se refiere al nivel interpretativo, porque si ya hablamos de canto,
podemos escuchar muchas de las mejores versiones que se hayan realizado sobre
las famosas romanzas. Todavía recuerdo siendo muy joven al gran Rafael Gil
interviniendo en el estupendo y nunca superado programa de Fernando Méndez
Leite “La noche del cine español” que poseía el disco con las romanzas de la película
y que para él nunca habían sido igualadas. Desgraciadamente no he podido
encontrar por ningún lado referencia alguna de esas grabaciones, otra vez
encontrándonos con la desidia por preservar el patrimonio musical hispano.
El famoso dúo de El puñao de rosas de Chapí
El vals del Caballero de Gracia en La Gran Vía
Además
de contar con la pareja estelar, el filme no sería el mismo sin el concurso del
gran Juan Espantaleón. El estupendo secundario sevillano, había logrado ya la
fama en tiempos de la República por su papel de sacerdote bonachón en “Nobleza
baturra”, aunque para mi Rafael Gil fue el director que mejor supo sacar
provecho de su arte especialmente en su obra cumbre “El clavo”. Aquí
interpretando al gerente del Teatro
Apolo vuelve a darnos muestras de su gran talento, resultando mucho menos
envarado que en las epopeyas históricas de Juan de Orduña (Locura de Amor, Alba
de América). Mención especial también para una joven María Asquerino y sobre
todo para el gran caricato Antonio Riquelme, en uno de sus breves pero
impactantes personajes, dejándonos una sonrisa como recuerdo.
Juan Espantaleón con Negrete
y junto a una joven María Asquerino
El gran Antonio Riquelme
El
periodo que la cinta narra abarcaría cerca de cuarenta años, donde asistiremos
al nacimiento, apogeo y caída definitiva del género chico, que es el auténtico
protagonista de la película. Pese a ello el más que digno guion, consigue urdir
una trama sentimental con sus momentos felices y dramáticos de suficiente peso,
sin que sea un simple soporte para los abundantes números musicales. El
director intenta que el espectáculo musical no difumine la trama argumental,
consiguiéndolo con gran pericia. Ojalá muchas películas musicales rodadas en
nuestro país pudieran vanagloriarse de lo mismo. Por ello me indignó mucho
mientras investigaba sobre la película en la hemeroteca del diario ABC, como
con motivo de la proyección de la cinta en el aludido programa de Méndez Leite,
su crítico televisivo calificaba de mediocre la película de Gil. Pero
sorpresivamente me encuentro con que el día después de su estreno en el cine
Gran Vía el 30 de octubre de 1950, el crítico que firma como Donald critica a
la película en unos términos muy similares, diciendo para terminar que una película
así hubiera necesitado a un director con “Alma de artista” y que eso no lo
tenía el señor Gil. Más después de observar otras críticas del mismo autor veo
que su pluma era por lo general despiadada, por ejemplo a un filme hoy
altamente considerado como “El callejón de las almas perdidas” se despacha
tildándolo como mala película con buenos acores”.
Un anciano Negrete contempla el final de una época
Afortunadamente
esos juicios despectivos hacia nuestro cine clásico parece que van cambiando y
se vuelve a valorar una etapa del cine español que tiene más luces de las
que muchos han querido atribuirle. Sirva
este post como homenaje al gran director que fue Rafael Gil, al ídolo de
México, gran artista y mejor persona Jorge Negrete y especialmente a una
estrella fugaz del canto y del cine (se retiró tras casarse en 1954) llamada
María de los Ángeles Morales que hace poco más de dos años nos dejó, juntos nos
llevaran a los tiempos de aquel pequeño Madrid castizo que ya sólo es un
recuerdo.
Me ha gustado tu trabajo. Eran inusuales para la época los caros decorados y la acertada ambientación. Y algo más, indefinible, que tienen las buenas películas: la capacidad de emocionarte.
ResponderEliminarMuchas gracias amigo lo hago con todo el corazón
EliminarEsta película siempre me pareció magnífica cuando la ví por primera vez en TV. Buen trabajo de Rafael y excelente interpretación de Mª Angeles Morales y Jorge Negrete, tanto como actores como insuperables cantantes. Es una pena que no se proyecte más en Tv pues es una joya de la zarzuela.
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario.
EliminarEsta película siempre me pareció magnífica cuando la ví por primera vez en TV. Buen trabajo de Rafael y excelente interpretación de Mª Angeles Morales y Jorge Negrete, tanto como actores como insuperables cantantes. Es una pena que no se proyecte más en Tv pues es una joya de la zarzuela.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus amables palabras.
EliminarExcelente texto y excelente blog. Acabo de dar con él. Muchas felicidades. ¿Tienes esta película? ¿Existe la posibilidad de que la compartas? Desde ya, muchas gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Desde este blog comentamos películas pero no las compartimos. Hasta hace poco estuvo en la página de rtve a la carta. No obstante creo que si puedas encontrarla en la red
EliminarPermiítame darle las gracias por mostrarnos tan interesante crónica de está buena película. Gracias a usted he podido ubicar uno de los muchos recuerdos que conservo de mi padre,admirador de Jorge Negrete. Papá me habia hblado acerc de está película y de que habian estado (mis padres) en su estreno en Barcelona. Nuevamente gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias a usted por sus amables palabras. Su padre tenía muy buen gusto, Jorge Negrete es quizás junto a Gardel el cantante latino más importante de la primera mitad del siglo xx
EliminarLa retiraron de internet que coraje estaba completa y la quitaron que egoísmo
ResponderEliminarSoy admiradora de hueso colorado del gran Jorge Negrete, guapo, carismático, sexi con una personalidad arrolladora y una voz inigualable. Me encantaría volver a ver su película "teatro Apolo" para gozar de las zarzuelas que tan galante actor y cantante interpretó, no sé si se podrá comprar una copia de ese filme.
ResponderEliminarMuchas gracias por su mensaje
EliminarMe encantó este recorrido por la película que creo demostró la versatilidad de Jorge Negrete, y el de la joven que canta con él en la película, se sintió como si siempre hubiesen estado juntos cantando. Lo bueno de toda la historia tras la película es que si bien es cierto las circunstancias cambiaron para Jorge debido a su baja de popularidad, con la película al menos para sus fanáticas y quien dice fanáticos, logró repuntar, a mi gusto, en un género del cual él tuvo facilidad de interpretación. Saludos desde Chile al gestor de esta entrada con gran historia.
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario desde su maravilloso país
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