El mundo del
ferrocarril y el del cine están unidos desde el nacimiento de este último.
Desde la primitiva cinta de los Lumiere,
al “Robo y asalto de un tren” de Edwin
S. Porter, son incontables las cintas donde el tren ha sido clave. Sólo dos
ejemplos tan dispares como “El
maquinista de la General” de Keaton y “La dama del expreso” dirigida por Hichtcock, son una muestra de las
infinitas posibilidades que el medio de transporte ha proporcionado al medio
cinematográfico.
Precisamente en
una estación de trenes, comienza la acción de este bello melodrama. Allí
conoceremos al coronel Rodney Savage (Stewart
Granger) a punto de abandonar la India, tras la definitiva marcha de las
tropas británicas. Ya en el vagón se despide con un apasionado beso de su
prometida la teniente Victoria Jones (Ava
Gardner). Cuando el convoy se pone en marcha, comienza a contar su
apasionante historia, a un oficial de rango superior con quien va a compartir su
reservado.
John Masters también había servido en
el ejército británico como el protagonista de la cinta. Nacido en Calcuta en
1914, siguió la tradición militar que por cinco generaciones detentaba su
familia. Al alcanzar La India su independencia, marchó a Estados Unidos, con la
idea de dedicarse a la literatura. Tras varios libros publicados con éxito,
escribió en 1954 "Bhowani Junction", título que también llevaría la
película estrenada dos años más tarde. Se ha dicho que Kipling “conocía La
India” mientras que Masters “conocía a los indios”, un salto cualitativo en las
siempre espinosas relaciones entre ambas culturas.
Un sentimiento
que se agudiza en el caso de los Anglo-Indios, surgidos de la mezcla de ambas
razas, pero que adoptaban los usos y costumbres británicos. Esa situación con
una identidad sin definir, a caballo entre dos mundos, es retratada fielmente
en el personaje de Victoria, al que da vida Ava Gardner. La actriz que se
hallaba en el apogeo de su belleza, supo componer uno de sus personajes más
emotivos. La escena donde está a punto de ser violada por un oficial británico,
fue la más dura que rodó a lo largo de su carrera. Tal verdad imprimió a su actuación
que cuando acudió a su remolque, bebió una gran cantidad de whisky para poder
calmar sus nervios. Sentía como si realmente le hubiera sucedido en la vida
real.
Esa veracidad,
quiso imprimirla el director George Cukor,
durante todo el rodaje, queriendo huir del pastiche orientalista al uso, sin
por ello enaltecer una cinta de gran espectáculo. El resultado final de dos
horas y media, no satisfizo al estudio. Los pocos que tuvieron la posibilidad
de ver esta primera versión, hablan de una absoluta obra maestra. Hoy
desgraciadamente, no podemos saber quien llevaba la razón. Lo único cierto es
que se redujo drásticamente la duración del filme en más de media hora y que
volvieron a rodarse algunas escenas. También se le añadió una voz en off en la
que el coronel Savage, hace de narrador a lo largo de toda la cinta.
El productor Pandro S. Berman, quería potenciar la
historia de amor entre las estrellas que encabezaban el reparto, por eso y por
los prejuicios raciales de la época, se cercenó considerablemente la
intervención de Francis Matthews,
como el atractivo indio Ranjit Kasel. También el anglo-indio, antiguo amor de
Victoria que interpretaba Bill Travers
y que en la novela acababa casándose con ella, acaba trágicamente redimiendo su
anterior conducta.
Pese a todos
estos percances, la película que hoy podemos visionar, es un excelente
melodrama épico, con magníficas escenas de masas, fotografiadas por un
inspirado Freddie Young, la música
que utiliza los elementos étnicos a cargo de Miklos Rozsa y un reparto con
brillantes interpretaciones. Además de Ava Gardner quisiera destacar a un
Stewart Granger, en una de sus mejores apariciones en pantalla. La bien ganada
fama de Cukor como excelente director de actrices, bien pudiera extenderse al
sexo opuesto, pues no son pocos los actores que consiguieron interpretaciones
memorables bajo su batuta. Un gran título digno de uno de los grandes maestros
de Hollywood.
P.D. La cinta se rodó en Pakistan, ya fiel aliado de la OTAN,
ante la negativa de las autoridades indias. Eso hace que los indígenas hablen
un dialecto del norte de Pakistan, cercano a la frontera afgana.
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