El origen de
esta película se remonta diez años atrás, cuando el director William Wyler
piensa en rodar una nueva comedia que utilizara a la pareja protagonista de “Vacaciones en Roma”, Gregory Peck y Audrey
Hepburn. Para ello pensó en adaptar un breve relato de George Bradshaw, que cuatro años antes había creado la historia que
dio pie a la magnífica “Cautivos del
mal” de Minnelli. Se pensó titularla “Venus
rising” tras lo que Wyler
buscó los servicios de un nuevo genio cinematográfico llamado Stanley Kubrick
para desarrollarla cinematográficamente.
Al final el
proyecto no llegó a buen puerto y estuvo en barbecho durante una década hasta
que finalmente el veterano director se decidió a darlo forma, buscando a Harry Kurnitz para que se ocupara del
guion. Kurnitz que llevaba un cuarto de siglo escribiendo guiones, había dado
lo mejor de sí mismo en los últimos
años, colaborando en filmes tan exitosos como “Testigo de cargo”, “Hatari” y “El nuevo caso del inspector Clouseau”,
generalmente considerada como la mejor de las películas de la Pantera rosa. Una
saga de filmes que unían humor, intriga detectivesca y que reflejaban a la
perfección la nueva década de los sesenta.
“Como robar un
millón y…” sigue sin duda esa nueva ola de producciones, cuyo mejor exponente
es precisamente otro título protagonizado por
Audrey Hepburn “Charada”. Si
en las películas de Edwards y Donen, era Henry
Mancini el encargado de poner la música, en esta ocasión Wyler decidió
apostar por un joven compositor que sería uno de los más importantes en las
siguientes décadas John Williams. El
carácter burlesco con que dibujó la partitura, fue del agrado de Wyler, con el
que colaboró estrechamente.
Otro de los
puntales de la exquisita producción, fue la magnífica dirección artística de Alexandre Trauner. Con una
brillantísima carrera a sus espaldas, participando en los mejores filmes de
autores tan dispares y geniales como Marcel
Carné y Billy Wilder, aquí creo el interior del inexistente museo
Kleber-Lafayette, una de sus obras cumbres. Inspirado en el museo
Jacquemart-André, el decorado fue erigido en los estudios
Boulougne-Billancourt. Se cuenta que utilizó a conocidos falsificadores para
que recrearan las diferentes obras de autores clásicos y contemporáneos, que el
ficticio museo exhibe. Como exterior del museo se utilizó la entrada del Museo Carnavalet
parisino.
Si en su
anterior comedia, Roma había sido otro personaje más, aquí fue París quien
tomaba el relevo. Aunque no dispuso de las facilidades con que había contado
para rodar en la ciudad eterna, buena parte del París de la época puede apreciarse
bajo la elegante lente del cámara Charles Lang. En este excelente blog
pueden verse con detenimiento las diferentes localizaciones de la película: http://movie-tourist.blogspot.com.es/2014/04/how-to-steal-million-1966.html.
A todo ello se
reunió un excelente reparto, que se hallaba en su mejor momento. La ya aludida
Audrey Hepburn que seguía en el proyecto, había conseguido éxitos tan rotundos
como “Desayuno con diamantes, Charada y
My fair Lady” volviendo por quinta vez a rodar en la capital francesa.
Peter O´Toole era por fin un galán más joven que ella. Nacido cuatro años
antes, se hallaba en la cúspide de su fama tras protagonizar la épica epopeya
de David Lean “Lawrence de Arabia”. Se han vertido ríos de tinta sobre la poca
complicidad de la pareja en el filme, yo personalmente no estoy de acuerdo con
esa afirmación, creo que su actuación es deliciosa y equilibrada pero para
gustos los colores.
Rodeando a la
pareja, unos estupendos secundarios, comandados por Hugh Griffith. El actor galés ha pasado a la historia del cine por
dos papeles memorables, el Jeque Ilderín
de “Ben-Hur” y el lascivo “Squire Western” en Tom Jones. Aquí interpreta al
amoral padre de Hepburn, un brillante falsificador que acepta a regañadientes
dejar su lucrativo oficio. Otro destacado es Eli Wallach, recientemente desaparecido y que se hizo inmortal
gracias a su colaboración con Sergio
Leone. Aquí lo vemos haciendo gala de su vis cómica, algo menos habitual.
También destacaría la intervención de Fernand
Gravay, en la década de los treinta, galán del cine francés, que en
Hollywood interpretó a Johan Strauss en "El
gran vals”. Un actor galo mucho más popular Charles Boyer también tiene una pequeña intervención.
Poco apreciada
por la crítica y con una tibia acogida por parte del público, “Como robar un
millón” aunque diste de ser la comedia perfecta, con un ritmo que no acaba de
ser redondo, sigue siendo un estupendo divertimento, elegantemente realizado y
con unos magníficos actores,. Y sobre todo está Audrey Hepburn esa maravillosa
criatura, maravillosamente vestida por Givenchy.
Qué maravilloso el trabajo que has realizado!!!! Mil gracias por hacerlo. Amo está pelicula, París y a Audrey Hepburn. Para mí es una pelicula redonda. No le falra de nada. Es perfecta. Y aunque siempre habrá quién la critique, yo creo que es una obra maestra. Y sigo disfrutandola cada vez que la veo.
ResponderEliminarAunque suene a tópico, ya no se hacen peliculas cómo está.
Gracuas de nuevo.
Ah! Y por el enlace maravilloso de las localizaciones de la pelicula.
Muchísimas gracias a tí. Yo también creo que es una comedia que es pura elegancia. algo que por desgracia cada día escasea más.
EliminarY la banda sonora del gran John Williams,que ya empezaba a despuntar, es una delicia y es un trabajo injustamente olvidado y además curioso: se empieza a vislumbrar el estilo de sus futuras orquestaciones, las marchas sobre todo, pero a la vez hay un tono juguetón y elegante que recuerdan a otro gran maestro, Henry Mancini
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo la banda sonora es una delicia. Muchas gracias por su comentario
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