Para
mí lo que diferencia las canciones de Cole Porter con el resto de compositores
contemporáneos es su gran habilidad como constructor de letras. La capacidad
del autor para combinar los más excelsos sentimientos, con el lenguaje procaz
es única. Las abundantes canciones que jalonan este musical son buena prueba de
ello.
Porter durante el rodaje visitando a Grayson y Miller
Porter
estaba en la última etapa de su fructífera carrera cuando compuso las canciones
de esta adaptación de la celebérrima pieza de Shakespeare “La fierecilla
domada”, probablemente la más popular de sus comedias y que ya había sido por
supuesto llevada al cine. El contrato que MGM había suscrito para ofrecerla en
la pantalla, como era norma habitual, no permitía que se rodase hasta que la
producción terminara su periplo en las tablas, que fueron más de tres años y
transcurriendo casi un lustro hasta que su estrenó en los cines.
Alfred Drake y Patricia Morrison en el montaje teatral original
Curioso cartel alemán donde enseña la ropa interior de Grayson algo que no se ve en la película
Pese
a que muchas de las canciones de Porter eran interpretadas en multitud de
idiomas y conocidas por el mundo entero, lo cierto es que nunca había tenido un
éxito tan arrollador como el que obtuvo “Kiss me Kate”. También obtuvo el
reconocimiento de los novedosos premios Tony, que la coronaron como la mejor
producción musical del año. Hasta ese instante, los musicales de Porter no
parecían integrar de modo satisfactorio las sensacionales canciones con el
argumento. El éxito de Oklahoma de Rodgers y Hammerstein, donde estaban
perfectamente ensamblados ambos elementos, espoleó a Cole Porter dando esta
magnífica respuesta.
Ron Randell interpretando en el filme a Cole Porter
El auténtico Porter con la pareja protagonista
El
productor de la película fue Jack Cummings un experto en películas musicales
que desgraciadamente no ha tenido el reconocimiento de Arthur Freed, pese a ser
responsable de títulos tan destacados
como “Escuela de sirenas”, “Siete novias para siete hermanos” y fuera del
musical el biopic del jugador de béisbol Monty Stratton interpretado
genialmente por James Stewart.
Cummings
era sobrino del antiguo patrón de MGM Louis B. Mayer, estudio donde empezó
desde abajo, siendo su primera producción importante, precisamente un musical
con música de Cole Porter “Nacida para la danza” en 1936. Si Minnelli y el dúo
Gene Kelly & Stanley Donen, fueron los cineastas de referencia en las
producciones de Freed, sería George Sidney el encargado de las mejores cintas
musicales de la más modesta unidad de Cummings.
Una candorosa Kathryn Grayson en Levando anclas
Grayson y Miller las damas de la película
Sidney
era otro veterano del estudio del león. Había comenzado su andadura dirigiendo
varios cortos de la popular serie conocida en España como “La pandilla” y había
sido responsable de grandes éxitos tanto en el terreno del cine musical
(Levando anclas, Escuela de sirenas) como en el del cine de capa y espada (Los
tres mosqueteros, Scaramouche). Amigo de la innovación, había sido pionero al
utilizar en una cinta musical imagen real con los populares dibujos animados de
Tom y Jerry en “Levando anclas”. En esta ocasión utilizaba otro método
novedoso, el cine en tres dimensiones.
Así
se pretendía atraer al público norteamericano que cada vez era más remiso a
llenar las salas de cine gracias a la televisión. Esta moda efímera fue
utilizada para filmes en la mayor parte de los casos olvidables, “Bésame Kate”
es uno de los pocos títulos de calidad filmados en una técnica que presentaba
imperfecciones a la hora de sincronizar las diferentes pantallas y que se vio
desplazada por otro sistema menos revolucionario pero de más fácil asimilación
el Cinemascope.
Lo
cierto es que en comparación con otros títulos son pocos los momentos en que se supedita los
planos a la nueva técnica, no estando la narración como en otros filmes menores
lastrada por los efectos visuales. La guionista Dorothy Kingsley otra habitual
en el equipo de Cummings hizo una brillante adaptación de la pieza escénica
original del matrimonio formado por Sam y Bella Spewack.
Howard Keel y Kathryn Grayson se hicieron grandes amigos
En
cuanto al reparto, durante la preproducción se pensó en Laurence Olivier y
Deanna Durbin para protagonizarla, pero finalmente se optó por dos “viejos
conocidos” tanto de Sidney como de Cummings “Howard Keel y Kathryn Grayson”.
Como en la mayoría de los casos, los actores de Broadway raramente intervenían
en las producciones de Hollywood que tenían sus propios especialistas, así sucedió
en “Al sur del pacífico y Un día en Nueva York”, por poner sólo dos ejemplos.
Si
excelente es la interpretación de Howard Keel como Fred Graham, el vanidoso y
manipulador cantante y empresario, la que realmente sorprende es Kathryn
Grayson en el papel de su ex-mujer Lilli. En las antípodas de sus creaciones de
mujeres dulces y delicadas (Magnolia, Susan en Levando anclas) aquí interpreta
a una hembra de rompe y rasga, todo un carácter, con una magnífica creación de
la canción “I hate men”. Es una pena que esta película fuera la última de
Grayson con MGM. El nuevo jefe del estudio Dore Schary era mucho menos proclive
a los musicales que su predecesor Mayer, su enorme costo pocas veces era
rentable, pues salvo excepciones su recaudación solía nutrirse especialmente
del mercado interior y del británico, por lo que propició el rodaje de western
y filmes de aventuras que podían ser grandes éxitos a nivel mundial.
Como toda estrella que se precie Grayson tuvo su fotos de piscina
Y sus anuncios publicitarios
La niña modosita de los 40 había crecido
La más joven del terceto protagonista Ann
Miller, era sin embargo la que más años llevaba en el mundillo del cine.
Actuando desde niña, siendo una adolescente había participado en la magnífica
comedia de Capra “Vive como quieras”, donde ya daba muestras de sus excelentes
dotes como bailarina. Miller está brillante en sus números de baile y divertida
en los dúos que realiza con su novio en la ficción Tommy Rall, que sería uno de
los hermanos Pompity en la más famosa de las producciones de Cummings “Siete
novias para siete hermanos”. Ambos intervienen en el mejor número del filme
“From the momen on”, aunque la mejor parte de este es el momento hot que
realizan Miller y un joven Bob Fosse. Ann Miller ha sido una de las mejores
bailarinas de claqué de todos los tiempos, además de una excelente actriz de
comedia.
Ann Miller y Tommy Rall
Una llamada para Ann Miller durante el rodaje
Pero
pese a todos estos grandes artistas, la película sería imposible de imaginar
sin el dúo de gangster de medio pelo, interpretados por Keenan Wynn y James
Whitmore. Wynn notable actor de carácter
se adaptó muy bien a las comedias musicales (La reina del oeste, Faldas a
bordo) pero su papel más recordado en este género fue precisamente en “Besame
Kate” junto a Whitmore quién hacía su segunda incursión en los musicales. Ambos
realizan un divertido número titulado "Brush Up Your Shakespeare”
francamente genial.
Howard Keel, James Whitmore y Keanan Wynn
Katryn Grayson sus estupendas piernas y el director George Sidney
Como
muchos otros filmes musicales de la época, no fue estrenada en nuestro país,
sería TVE la que en 1976 por fin nos la ofreciera. Hoy cuando hay una nueva ola
de películas en tres dimensiones, es maravilloso el volver a acercarse a este
gran musical, nacido de uno de los mejores compositores de todos los tiempos
llamado Col Porter.
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