Fred Niblo es un director del que por lo general se a hablado poco y no demasiado bien. Una de las causas puede que sea el que su obra se concentra en el periodo del cine mudo donde por desgracia muchas películas han desaparecido. El caso de Niblo es uno de los más palmarios. Son pocas y bastante desconocidas las obras que de el nos quedan en uno de los directores más prestigiados de su época y mas conocidos del público del momento como demuestran las numerosas fotos publicitarias del director con las estrellas y los gerifaltes de MGM. Luego llegó un olvido que a mi parecer es completamente injustificado.
Fred Niblo con el dueño de la MGM Marcus Loew y su director Louis B. Mayer
Niblo con Ramón Novarro en su primer filme juntos Thy name is woman y su coprotagonsita Barbara La Marr
Por una vez Ramón Novarro se vuelve malo,malo
Fred Niblo se dedicó desde muy joven al mundo del entretenimiento. Es la época dorada del vaudeville y Niblo es uno de tantos artistas que se forjan en los finales del siglo XIX. Allí conocerá a los Cuatro Cohan. Los Cohan era un grupo familiar formado por los padres Jere y Nellie y sus hijos Jossie y George. El talento de este último hizo que pasaran de los barracones del vaudeville a los lujosos teatros de Broadway. En ese tránsito Niblo se casó con Josie y empezó a ejercer de director en las obras de George que entonces empezó a convertirse en el actor y autor más famoso del primigenio musical americano. ,Junto a su esposa siguieron dedicándose al teatro llevando su compañía hasta la lejana Australia donde Niblo empezó su relación con el cine. Allí rueda sus dos primeras películas en donde interviene una joven actriz llamada Enid Bennett. La nueva musa australiana les acompañará en su viaje de regreso a Nueva York. Tras fallecer Josie Cohan, Bennett se casará con Niblo e intentará que se convierta en una estrella de Broadway, pero donde realmente les espera a ambos las mieles del triunfo será en Hollywood.
Bajo el paraguas del productor Thomas H. Ince que tiene un contrato de distribución con Paramount Niblo empezará a rodar una serie de películas la mayor parte protagonizadas por su esposa. Será una época donde la actriz se convertirá en una de las favoritas del público. Más al matrimonio Niblo le sucederá algo parecido a lo que sucedió con King y Florence Vidor que en un principio la famosa es ella pero poco a poco el que asciende es el director. Niblo empieza a colaborar con Douglas Fairbanks para quien rueda sus dos primeros filmes de aventura "de época" La Máscara del Zorro" y "Los tres mosqueteros" y el otro gran galán del momento Valentino en "Sangre y Arena". Finalmente se asienta en el pequeño pero prestigioso estudio de Louis B. Mayer que poco después será absorbido por la Loews Corporation para fundar MGM. Que Mayer sea el director del nuevo gran estudio seguro que sería definitivo para que Niblo pudiera rodar una película tan especial para su época como lo es "Lirio entre espinas"
Esta además es una película en que coinciden dos estrellas una ascendente y otra en un irremediable declive. Ramón Novarro viene de la Metro donde gracias a su colaboración con Rex Ingram se ha convertido en el más serio rival de Rodolfo Valentino. En cambio Enid Bennett empieza una cuesta hacia abajo pese a intervenir en dos de las películas más taquilleras del momento "Robin Hood" y "El Halcón del Mar" donde su papel de heroína tenía mucho menos relieve que los vehículos realizados por su esposo durante su estancia en la Paramount. Aquí en cambio Niblo crea esta película pensando en revitalizar la carrera de su esposa. Lamentablemente no sirvió para mucho y es una auténtica pena pues la actriz australiana saca partido a todos los recursos del cine silente. Su transformación de joven virginal en prostituta arrabalera es magnífica y es uno de los grandes alicientes del filme.
Enid Bennett en Robín Hood y El Halcón del Mar
Niblo conocido por sus grandes espectáculos aquí demuestra ser un magnífico director de actores. Al lado de Bennett su paternaire Ramón Novarro también raya a gran altura. Al igual que su pareja acabará envilecido convirtiéndose en un ser cruel hasta decir basta. Curiosamente en su magnífica biografía sobre Novarro: Beyond Paradise su autor André Soares pasa de puntillas por esta película que era la segunda que Novarro rodaba con Niblo. Tan sólo cita que era una película desagradable para la época y que el actor fuera de la égida de su mentor Rex Ingram estaba sobreactuado, aunque Novarro estaba satisfecho con el resultado. A decir verdad el pseudonaturalismo del filme no gustó demasiado pero por ejemplo en The New York Times recibió buena crítica. Hoy en día claro está las imágenes de Victor Milner no levantarían del asiento a nadie pero para los parámetros de la época se hallaba al límite de lo que podía exhibir una película de Hollywood.
El argumento, obra del propio Niblo desde luego no es gran cosa y su inverosímil final, este si en la mejor tradición del happy end puede que fuera una imposición del estudio o del propio Niblo hombre del espectáculo durante décadas quien conocía como pocos que una tragedia vendía mejor si acababa bien. Pero la película que comienza como un sueño bucólico que luego se transmuta en la peor de las pesadillas tiene pese a todo sinceridad, unos estupendos decorados y sobre todo la interpretación de Novarro y de Enid Bennett. Considero que merece la pena la visión de esta bella y sórdida cinta de un director que merecería ser mejor estudiado. Después todo es historia, Niblo y Novarro se harían mundialmente famosos gracias a Ben-Hur, el tercero en discordia del filme Wallace Beery se convertiría en uno de los puntales de la MGM con el advenimiento del sonoro mientras la exquisita Enid Bennett desaparecería prácticamente de la pantalla.
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