La verdad es
que la guerra de Corea no tuvo mucho reflejo en la pantalla cinematográfica. No
obstante hay un puñado de producciones que han pasado a la historia, por solo
citar a dos mencionaré “Los puentes de Toko-Ri” y “La colina del adiós” ambas
protagonizadas por el guapo William Holden, junto a dos bellezones como Grace
Kelly y Jennifer Jones. Estos dramas románticos, hermosamente fotografiados en
color, poco tienen que ver con esta austera cinta de Richard Brooks.
El realizador
norteamericano, había comenzado como guionista en la década anterior. Empezó
poniendo las palabras de dos de las más recordadas cintas de María Montez: La salvaje blanca y La reina
de Cobra. Tras dar la historia original y luego escribir el guion de
Forajidos y Fuerza bruta respectivamente, Burt
Lancaster se aupó al estrellato. Finalmente MGM le había dado la
oportunidad de dirigir filmes, este “Campo de batalla” era su cuarta película
como realizador y contaba al igual que la anterior Deadline - U.S.A. con el
concurso de Humprhey Bogart en el
papel principal.
La amistad
entre ambos se remontaba un lustro cuando ambos coincidieron en Warner. Cayo Largo uno de los mejores filmes de
Bogey, fue co-escrito con John Houston quién también apadrinó al joven escritor.
“El cuarto poder” título que se dio a Deadline- U.S.A. en su pase televisivo no
fue estrenado en nuestras pantallas, como este “Battle Circus” inspirado en las
carpas muy similares a las de los circos que llevaban los MASH. Estas populares siglas que traducidas vienen a ser “Hospital móvil
quirúrgico del ejército”, traen a nuestra memoria la famosa película de 1970.
La cinta de Robert Altman ganadora
de la Palma de Oro de Cannes, luego tuvo como continuación una serie de larga
andadura donde Alan Alda reemplazaba a Donald Sutherland como cabeza de cartel.
El título
original que quería Richard Brooks
era precisamente MASH 8666, el nombre de la unidad auténtico protagonista del
filme, pero el estudio lo rechazó arguyendo que el público lo iba a confundir
con el nombre de una marca de patatas. No obstante justo antes de que empiecen
los créditos de la película se ve una gran placa identificadora con ese nombre.
Aunque la película de Altman era una sátira sobre el conflicto bélico, fruto de
una sociedad diferente que asistía perpleja a la sangría de Vietnam, la cinta
que comentamos hoy de Brooks dista de ser un filme propagandístico.
Rodada en un
tono semi-documental, la película relata con gran precisión la vida cotidiana
de unos seres cuya función principal es salvar vidas. Los soldados enemigos son
tratados con respeto, incluso en la famosa escena en que uno de ellos amenaza
con explotar una granada en pleno hospital, al serle retirada se dice de él que
su comportamiento es fruto del miedo. La cinta contó con la colaboración del
ejército estadounidense que permitió que se rodara en los campos de preparación
de las unidades, lo que dio la verosimilitud que su director deseaba.
Bogart como en
casi todas sus interpretaciones borda el papel del Mayor Jed Webbe, un médico civil, alcohólico,
amargado por la vida y la guerra. Allí conocerá a la enfermera Ruth McGara,
interpretada por June Allyson. La
actriz que estaba harta de que el estudio le diera papeles intrascendentes,
tuvo la oportunidad de demostrar su carga dramática. Muchos de los críticos han
visto en la historia de amor entre ambos, el punto más débil de la cinta. El
principal motivo es la falta de química de la pareja según afirman. Yo no lo
veo de una manera tan drástica. Creo que es una relación adulta resuelta con
bastante sentido del humor, poco frecuente en el cine de la época. En una
película que es todo menos épica, este romance en tono menor me parece bastante
apropiado. Hay alguna línea audaz como cuando fantasean sobre su futura vida
como civiles ya casados y ella le dice que irá a verlo al consultorio para
hacer el amor.
A destacar
entre todo el reparto a Keenan Wynn,
un magnífico actor de carácter que MGM no supo aprovechar en toda su valía,
relegándole a mediocres papeles. Aquí como el competente sargento Orvil Statt dio
muestra del talento que había heredado de su ilustre familia de actores. El
padre de Wynn fue una gran estrella del Burlesque y su abuelo un conocido
trágico famoso por interpretar a Sakespheare. Curiosamente en esas carpas que
como hemos dicho recuerdan a los joviales circos, se desarrolla la tragedia más
cruel y disparatada que existe que es la guerra. Una guerra que no vemos, pero
de la que observamos sus dramáticas consecuencias. Sin pompas ni algaradas, sin
romances apasionados, “Campo de batalla” es una magnífica película, que si no
denuncia abiertamente la guerra, no gasta un solo segundo en aplaudirla.
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