-¿Pero es interesante de alguna otra manera?
-Soy la mujer más interesante del mundo. Porque soy la más
rica
-Epifania Onisante de Parerga.
-¿Aristocracia italiana, supongo?
-Incluso más que aristocracia. Soy de la aristocracia del
dinero
-Ah, es una enfermedad para la que no tengo cura. La única
cura conocida es una revolución. Sin embargo la mortalidad es alta. Y a veces si es el tipo equivocado de
revolución, intensifica la enfermedad.
Este diálogo entre la acaudalada millonaria y un médico
hindú con ideas socialistas, fue escatimado para los espectadores españoles, en
el momento de su estreno en nuestro país. También lo fueron un par de escenas
donde brillaba la espectacular anatomía de Sophia
Loren, un auténtico sex simbol, que causaba furor entre el público
masculino de la época.
Sophia Loren rodaría justo después de
esta comedia romántica, la película que le proporcionaría el oscar a la mejor
actriz “Dos mujeres”. Para entonces
se había convertido en una estrella internacional, que había compartido cartel
con los actores más populares: Clark
Gable, John Wayne, Anthony Quinn y por supuesto Cary Grant con quien
mantuvo un idilio que estuvo a punto de dar al traste su relación con Carlo Ponti. En esta ocasión se la
emparejó con Peter Sellers, un actor
ya muy famoso en Gran Bretaña, pero que todavía no había dado el salto a la
otra orilla, donde se convertiría en el actor cómico por excelencia de la
década de los sesenta.
La película fue dirigida por Anthony Asquith, un director especializado
en adaptar obras teatrales al medio cinematográfico. El codirigió junto a Leslie Howard, la primera adaptación de
“Pygmalion”, siendo esta el primero
de los grandes éxitos de una carrera jalonada por excelentes filmes como “La versión Browning” o “La importancia de llamarse Ernesto”.
Si Pygmalion, es considerada por muchos la obra cumbre de George Bernard Shaw,
al menos la más popular desde que fuera convertida en musical por Lerner y Loewe, bajo el título de “My fair Lady”, la obra en que se inspira
la película “The millonaires” pasa
por ser un título menor. Muestra tardía, fue estrenada en 1936, del genial
autor irlandés, contiene brillantes diálogos, que nos devuelven aunque sea de
forma efímera, al estilo ácido e irreverente de Shaw.
Con estos mimbres Asquith consiguió
una agradable comedia romántica, que cuenta como principal aliciente con el
buen hacer de todo el reparto. Además de la pareja protagonista cabe destacar a
Alastair Sim, el estupendo actor
británico, seguramente el mejor Scrooge en el cine (
http://ramonnovarr.blogspot.com.es/2013/12/scrooge-1951-los-banqueros-de-ayer-eran.html)
aquí en el papel del poco escrupuloso abogado Sagamore y el gran Vittorio De Sica como Joe, un pequeño
fabricante de pastas, al que le interesan más las operarias que el negocio.
La película que fue un gran éxito en
Gran Bretaña, utilizó como publicidad extra una canción que grabaron a dúo
Sophia Loren y Peter Sellers "Goodness Gracious Me!",
producida por George Martin alcanzó
el puesto número cinco en las listas británicas, en un tiempo donde la
competencia musical era brutal. Hace diez años se volvió a recrear el rodaje de
este filme, en el biopic “Llámame Peter”
interpretada por Geoffrey Rush, donde se contaba el acoso que sufrió la actriz
italiana de parte de un Sellers imbuido de una pasión obsesiva.
Una simpática comedia, que con sus
gotitas de crítica social, resulta un más que digno espectáculo para amenizar
una velada cinematográfica. Os invito a descubrir este insólito idilio entre
una avasalladora Loren, envuelta en unos maravillosos modelos de Pierre Balmain y un idealista médico
trascendente, interpretado por el gran Peter Sellers.
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