lunes, 21 de octubre de 2013

Si no amaneciera (1941) Espaldas mojadas centroeuropeas


El problema de la inmigración no es nada nuevo. Una de las primeras aproximaciones que el cine hizo sobre el tema, es esta comedia romántica con toques dramáticos escrita por Billy Wilder y Charles Brackett.

Cuenta las peripecias de Georges Iscovescu, un atractivo seductor rumano (Charles Boyer) que huyendo de Europa, recala en un pueblo de la frontera mexicana a la espera de obtener el visado que le permita la entrada en los Estados Unidos. Una ingenua profesora norteamericana (Olivia de Havilland), de visita en la ciudad con sus alumnos, se rendirá a sus encantos casándose con él. La romántica enamorada ignora, que el propósito de su galante marido no es otro que el poder cruzar la frontera, tras lo que piensa abandonarla..

La película transita entre el realismo cotidiano y la farsa inverosímil, la ternura y el egoísmo, las lágrimas y las risas. El ritmo despacioso y elegante convive con otro frenético y disparatado, en un armonioso equilibrio que nunca se quiebra.

La exquisita dirección de Mitchell Leisen ya por entonces célebre por las excelentes “Candidata a millonaria” y “Medianoche”, logra que este peculiar retrato de una serie de personajes desesperados buscando un futuro mejor, siga conmoviéndonos siete décadas después de haberse rodado.

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