Cuando la policía
mata a su marido tras intentar huir con un camión repleto de contrabando, su viuda
Serafina Delle Rose (Anna Magnani) cae en una profunda depresión. Ensimismada
en un pasado idealizado, poco a poco va alejándose de los demás. Esto afectará
a la relación con su hija que acabará huyendo con su novio. La aparición de un
apuesto y algo loco camionero (Burt Lancaster) traerá nueva luz a su vida.
La necesidad
de compañía, de amor, de sexo. Los prejuicios derivados de la educación
religiosa. El machismo posesivo en una sociedad agobiante. La locura como vía
de escape de la realidad. Seres de carne
y hueso, viscerales, apasionados, fieles, egoístas, generosos. Todo eso y mucho
más retrata Tennesse Williams en esta obra ambientada en una pequeña población
de inmigrantes italianos enclavada en el profundo sur.
Un texto crudo
y hermoso, representado por dos maravillosos actores en la plenitud de su
talento. Al visionarla no parece que estemos asistiendo a una película, sino a
un retazo de la vida misma.
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