Tras el
rotundo éxito que supuso la oscarizada “El séptimo cielo” los estudios Fox
pusieron todos los medios al alcance de su director Frank Borzage. Utilizando a
la misma pareja protagonista Janet
Gaynor y Charles Farrell y construyendo unos enormes decorados representando la
ciudad de Nápoles, el cineasta americano rodó uno de los dramas más apasionados
de la historia del cine.
Sin
concesiones de cara a la galería, se nos muestra la cara más cruda de la
miseria. Ángela decide vender su cuerpo para comprar medicinas a su moribunda
madre. Pero es tan inexperta en el arte de la seducción como en el de robar.
Pillada “in fraganti” por los carabinieri, es llevada al juez que la condena a
un año de trabajos forzados. En el traslado a la cárcel logra huir, mas cuando
llega a su mísero hogar su madre ha fallecido.
La oportuna
aparición de un circo ambulante, le permitirá huir de la policía. Transcurrido
un tiempo llega a la caravana un pintor llamado Gino. Pronto los jóvenes se
enamoran y deciden abandonar el circo en pos de una vida en común. El
entusiasta pintor cree que Ángela le ha brindado la inspiración para pintar una
Madonna que le hará famoso.
Todo este
mundo idílico que la pareja ha forjado, se trastocará cuando los mecanismos de
una sociedad inmisericorde pondrán en peligro su felicidad.
“El ángel de
la calle” es una película sin diálogos, pero sincronizada con una banda sonora
musical y de efectos sonoros. Borzage
utiliza con imaginación estos, dando aún mayor realce a esta desgarradora
historia que prende en el corazón de los espectadores.
P.D. Otro
suceso que proporcionó todavía más popularidad al filme, fue el crear una
canción que al igual que en “El último cielo” fuese el principal motivo
musical. Grabada por numerosos artistas,
el tema romántico “My angel” fue tan popular como lo había sido “Diane”.
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