miércoles, 16 de octubre de 2013

El pagano de Tahiti (1929) A Dios rogando y con el mazo dando


Imaginaros por un momento, que pudierais vivir en una isla paradisíaca, sin tener que rendir cuentas a nadie y sin estar sujeto a horarios. Pues así es la vida de Henry, un apuesto joven fruto de la unión de una nativa y un hombre blanco.

La llegada de Slater, un ambicioso comerciante de copra que además es tutor de una bella mestiza llamada Tito, cambiará su vida. Espoleado por los celos, este “pilar” de la civilización occidental, intentará por todos los medios  destruir la vida de Henry. Para ello usará todos los medios a su alcance, logrando con malas artes, desahuciar al pagano de su hermosa casa.

Pero la magia del amor que surge entre los jóvenes, solventará todas las barreras que impone una clase dirigente, cuyos principales valores son el fanatismo religioso, el desprecio por la cultura autóctona y el enriquecimiento a cualquier costa.

Pocas películas de la época retratan este conflicto cultural de manera tan explícita. Menos aún,  si se trata de una producción nacida en uno de los grandes estudios. Rodada en escenarios naturales por W.S. Van Dyke, un director que adquiriría la fama por títulos tan populares como “San Francisco” y con un elenco estupendo encabezado por Ramón Novarro y Dorothy Janis, además de Donald Crisp que encarna al malvado Slater.

Adentraros en este idílico paraíso, y no os preocupéis porque los actores no hablan, es mucho mejor…cantan.

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