viernes, 9 de mayo de 2014

La millonaria (1960) Sophia Loren superstar

 
-¿Pero es interesante de alguna otra manera?
-Soy la mujer más interesante del mundo. Porque soy la más rica
-Epifania Onisante de Parerga.
-¿Aristocracia italiana, supongo?
-Incluso más que aristocracia. Soy de la aristocracia del dinero
-Ah, es una enfermedad para la que no tengo cura. La única cura conocida es una revolución. Sin embargo la mortalidad es alta. Y  a veces si es el tipo equivocado de revolución, intensifica la enfermedad.    
Este diálogo  entre la acaudalada millonaria y un médico hindú con ideas socialistas, fue escatimado para los espectadores españoles, en el momento de su estreno en nuestro país. También lo fueron un par de escenas donde brillaba la espectacular anatomía de Sophia Loren, un auténtico sex simbol, que causaba furor entre el público masculino de la época.
 
Sophia Loren rodaría justo después de esta comedia romántica, la película que le proporcionaría el oscar a la mejor actriz “Dos mujeres”. Para entonces se había convertido en una estrella internacional, que había compartido cartel con los actores más populares: Clark Gable, John Wayne, Anthony Quinn y por supuesto Cary Grant con quien mantuvo un idilio que estuvo a punto de dar al traste su relación con Carlo Ponti. En esta ocasión se la emparejó con Peter Sellers, un actor ya muy famoso en Gran Bretaña, pero que todavía no había dado el salto a la otra orilla, donde se convertiría en el actor cómico por excelencia de la década de los sesenta.  
 
La película fue dirigida por  Anthony Asquith, un director especializado en adaptar obras teatrales al medio cinematográfico. El codirigió junto a Leslie Howard, la primera adaptación de “Pygmalion”, siendo esta el primero de los grandes éxitos de una carrera jalonada por excelentes filmes como “La versión Browning” o “La importancia de llamarse Ernesto”. Si Pygmalion, es considerada por muchos la obra cumbre de George Bernard Shaw, al menos la más popular desde que fuera convertida en musical por Lerner y Loewe, bajo el título de “My fair Lady”, la obra en que se inspira la película “The millonaires” pasa por ser un título menor. Muestra tardía, fue estrenada en 1936, del genial autor irlandés, contiene brillantes diálogos, que nos devuelven aunque sea de forma efímera, al estilo ácido e irreverente de Shaw.
 
 
 
Con estos mimbres Asquith consiguió una agradable comedia romántica, que cuenta como principal aliciente con el buen hacer de todo el reparto. Además de la pareja protagonista cabe destacar a Alastair Sim, el estupendo actor británico, seguramente el mejor Scrooge en el cine (   http://ramonnovarr.blogspot.com.es/2013/12/scrooge-1951-los-banqueros-de-ayer-eran.html)  aquí en el papel del poco escrupuloso abogado Sagamore y el gran Vittorio De Sica como Joe, un pequeño fabricante de pastas, al que le interesan más las operarias que el negocio.
 
La película que fue un gran éxito en Gran Bretaña, utilizó como publicidad extra una canción que grabaron a dúo Sophia Loren y Peter Sellers     "Goodness Gracious Me!", producida por George Martin alcanzó el puesto número cinco en las listas británicas, en un tiempo donde la competencia musical era brutal. Hace diez años se volvió a recrear el rodaje de este filme, en el biopic “Llámame Peter” interpretada por  Geoffrey Rush, donde se contaba el acoso que sufrió la actriz italiana de parte de un Sellers imbuido de una pasión obsesiva.
 
Una simpática comedia, que con sus gotitas de crítica social, resulta un más que digno espectáculo para amenizar una velada cinematográfica. Os invito a descubrir este insólito idilio entre una avasalladora Loren, envuelta en unos maravillosos modelos de Pierre Balmain y un idealista médico trascendente, interpretado por el gran Peter Sellers.  
 
             
 
 
 
 

 
 

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