jueves, 26 de diciembre de 2013

La venganza de Don Mendo (1961) Homenaje a la bella Paloma Valdés


¡Mora que a mis plantas lloras

porque a tu pecho desgarro!...

¡Alma de temple bizarro!

¡Corazón de cimitarra!

¡Flor la más bella del Darro

y orgullo de la Alpujarra!...

¡Mora en otro tiempo atlética

y hoy enfermiza y escuálida,

a quien la pasión frenética

trocó de hermosa crisálida

en mariposa sintética

 
Estos divertidos versos de “La venganza de Don Mendo”, nunca sonaron mejor que en la magnífica voz de Fernando Fernán Gómez.  Sus dotes histriónicas eran perfectas para encarnar a este bufo noble. Polifacético hasta decir basta, se prodigó en todos los géneros literarios, fue uno de los actores más populares del cine español y dirigió un puñado de obras maestras.

Frente a trabajos muy personales, con películas tan insólitas y geniales como “El extraño viaje” y “El mundo sigue”, adaptó con éxito obras de Wenceslao Fernández Flórez , Miguel Mihura, y esta que hoy nos ocupa, fruto del ingenio de Pedro Muñoz Seca.

 

El autor natural del Puerto de Santa María, fue uno de los más exitosos y prolíficos en la primera mitad del siglo XX. Una época de gran animación para el teatro español, gracias al talento de Jacinto Benavente, Los hermanos Álvarez Quintero, Manuel y Antonio Machado, Carlos Arniches…entre muchos otros. Muñoz Seca, cultivador principalmente del género humorístico, se especializó en un tipo de teatro al que se denominó “Astracán”, que consistía en parodiar los grandilocuentes dramas del neo-romanticismo.  Cuando se estrena “La venganza de Don Mendo” en 1918, todavía son muy frecuentes en la escena, estos vestigios de teatro dramático en verso, que si en Villaespesa y Marquina, alcanzaron talla artística, en sus frecuentes imitadores, acabó produciendo piezas donde el falso efectismo y la cursilería eran la norma común.


Si con “Don Quijote”, Miguel de Cervantes, acabó con la afición al género de caballerías, no es menos cierto que “La venganza de Don Mendo” fue decisiva para que el afectado teatro tardo-romántico fuera perdiendo adeptos. En contraste, esta “caricatura de tragedia”, como fue definida por su autor sigue manteniendo el favor del público, ya que desde su estreno ha sido representada ininterrumpidamente hasta el día de hoy.

 

La querencia de Muñoz Seca por el cine, se hace evidente por sus muchas adaptaciones al medio desde el temprano 1913. Autor asimismo de los diálogos de varios de los primeros largometrajes rodados en español. Tras su muerte, muchas de sus obras fueron adaptadas tanto en España como en México.

 

Fernán Gómez pensó en un principio construir unos muy modestos decorados, similares a los utilizados por las modestas compañías ambulantes. Pero injerencias de producción le obligaron a montar otros más complejos, que sin embargo, delataban su procedencia teatral. En algunos momentos, se pasa a rodaje en exteriores, como si el genial director, quisiera parodiar el Enrique V de Oliver, finalizando la obra sobre el escenario de un modesto teatro, a semejanza de la distinguida película.

Su interpretación magistral del personaje, que ya ha quedado como canónica, es secundada por la afortunada aparición de Juanjo Menéndez como Don Pero y  Antonio Garisa en el papel del frívolo monarca Alfonso siete. También disfrutaremos con la bella Paloma Valdés que encarna a Magdalena, causante del deshonor de Don Mendo. La actriz vallisoletana que en Enero de 2013, presentó su  autobiografía, apenas se dedicó once años a la profesión, pero en ese breve discurrir nos dejó una perenne huella de su talento y hermosura. Para ella va dedicado, este sencillo homenaje, en la que es su interpretación más recordada.
 

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