Cuando muchos
escritores célebres abominaban del cinematógrafo, el escritor valenciano Blasco
Ibáñez se decidió a adaptar el mismo sus novelas. Pese al éxito en España y
Francia de su propia versión de “Sangre
y arena”, sería la industria de Hollywood quien convirtiera su figura en una
celebridad de talla mundial. El arrollador éxito en Norteamérica de “Los cuatro
jinetes del apocalipsis” vendiendo miles de ejemplares, propició que la Metro
Pictures se hiciera con los derechos de la obra. La película realizada con todo
lujo de medios, batió todos los records de taquilla y encumbró como arquetipo
del latin lover a Rodolfo Valentino.
Mientras en la
primera década de los veinte, las obras de Blasco eran adaptadas con asiduidad,
los estudios de Hollywood se decidían a contratar a los brillantes cineastas
del norte de Europa. Autores del calibre de Ernst Lubitsch y Victor Sjöström cruzaron el océano, en una diáspora de
talentos que culminó en la contratación por parte de William Fox del genial
Murnau. Siguiendo esa estela la recién creada Metro-Goldwyn-Mayer, puso en
nómina a otro prestigioso realizador que había triunfado en Suecia, Mauritz
Stiller. Pese a la inicial reticencia del magnate Louis B. Mayer, el director
finlandés logró convencerle de que también contratara a una bella actriz que
había tenido papeles secundarios en dos famosas cintas europeas: La leyenda de
Gösta Berling (1924) del propio Stiller y Bajo la máscara del placer (1925),
producción alemana de G. W. Pabst en la que actuaba la posteriormente famosa
Marlene Dietrich.
La bisoña artista
no era otra que la simpar Greta Garbo. Cuando llegó a Nueva York apenas un
fotógrafo del estudio la esperaba. Parecía que le costaría alcanzar el
estrellato, pero una prueba cinematográfica captada por la sensible cámara de
William Daniels , propició el que se le diera una oportunidad, sustituyendo a
Norma Shearer en el papel de una campesina que se convierte en famosa diva. Se
trataba de la adaptación de la novela de Blasco “Entre naranjos” que en USA se
titularía Ibañez´s Torrent, El torrente.
Advertidos de
la magia que desprendía en la pantalla, los magnates del estudio le dieron el
papel protagonista de “The Temptress” (la tentadora) que tomaba como argumento “La
tierra de todos” novela de Blasco Ibáñez editada en 1922. La ilusión del director
Stiller que debutaba en América dirigiendo a su pupila, fue truncada al poco de
comenzar el rodaje, por su según el estudio, nula adaptación al sistema de producción de
Hollywood.
En su momento
se culpó al protagonista de la cinta, el madrileño Antonio Moreno de ser el causante
del despido del realizador. En la cúspide de su fama tras interpretar al marino
Ulises Ferragut en “Mare Nostrum” (otra vez Blasco) aquí interpretaba al
ingeniero argentino Manuel Robledo que mantenía una tempestuosa relación con
una mujer fatal llamada Elena.
Ambientada en
el París cosmopolita y la Patagonia Argentina, ambientes de sobra conocidos por
el novelista español, es una hermosa historia de amor y redención,
personificada en el fascinante personaje de Elena, que con tanta brillantez
representa la mítica Garbo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario