Teresa (Simone
Signoret) vive su desdichada existencia
en una asfixiante atmósfera provinciana. Casada por conveniencia con su primo
Camile (Jacques Duby) un hombre de salud frágil y carácter voluble, pasa los
días cuidándolo a la vez que atiende el comercio de telas bajo la dominante
supervisión de la suegra. El tórrido romance con un apuesto camionero italiano (Raf Vallone) cambiará su anodina vida.
Marcel Carné
acierta trasladando la acción al Lyon contemporáneo cuyo localismo crea un
ambiente más claustrofóbico que el
parisino del relato original. Conjuga perfectamente el retrato cotidiano de la
sociedad pequeño burguesa, con la trama criminal adoptando los usos del mejor
cine negro. El aura de fatalismo que envuelve al trío protagonista nos evoca el
amargo sabor de títulos tan memorables cómo
”Perdición” o “El cartero siempre llama
dos veces”.
Esta
coproducción Franco-Italiana catapultó definitivamente a Simone Signoret al
status de “femme fatale” del cine europeo. Su hermosa y sensual presencia, dota al personaje principal de una carnalidad
fascinadora.
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