viernes, 21 de marzo de 2014

El secreto de los incas (1954) La aventura se vuelve adulta

 

Con “El tesoro de Sierra Madre”, John Houston mostró que era posible otro cine de aventuras. Donde los protagonistas dejaban de ser caballeros de reluciente armadura, y nos ofrecían el lado más oscuro del alma humana. Con este memorable filme, el género entraba en un territorio adulto, hasta ese momento vedado. El director argentino Hugo Fregonese siguiendo la misma senda había realizado “Soplo salvaje” con una pareja de campanillas Gary Cooper y Barbara Stanwyck (http://ramonnovarr.blogspot.com.es/2013/12/soplo-salvaje-1953-aqui-hay-petroleo.html) y ese mismo año 1953 Henri-Georges Clouzot, nos brindaba la desasosegante “El salario del miedo”.

Ambientado, al igual que las restantes cintas en Hispanoamérica, “El secreto de los incas” pese a ser un filme de aventuras en glorioso Technicolor, también compartía aunque matizado, ese lado oscuro que hace muy tenue la línea divisoria entre héroes y villanos. Su director Jerry Hopper, antiguo montador en Paramount no puede decirse que hiciera una gran carrera en el mundo del cine, hoy se le recuerda casi exclusivamente por los tres filmes que rodó con Charlton Heston (El triunfo de Búfalo Bill y La guerra privada del Mayor Benson fueron las otras) y que dedicó la mayor parte de su actividad al mundo televisivo, dirigiendo capítulos de series de gran popularidad como “El fugitivo”, “La familia Addams”, “Perry Mason” y “La isla de Gilligan”.
 
Por el contrario los guionistas de la cinta tienen un estupendo curriculum, Ranald MacDougall (Alma en suplicio, Objetivo Birmania, El rey del tabaco, Cuando ruge la marabunta) y Sydney Boehm (Cuando los mundos chocan, Los sobornados, Barreras de orgullo), procurándonos un héroe tan atípico como Harry Steele . Un arqueólogo o más bien diríamos, un cazatesoros sin escrúpulos que ejerce de falso guía turístico en  Perú. Su amigo se convertirá en su mayor antagonista, cegado por la codicia de un fabuloso tesoro.
 
Charlton Heston, con su indumentaria de cazadora de cuero,  y sombrero de ala ancha, es un claro precedente de Indiana Jones. Ese es el motivo por el que actualmente se la recuerde, desdeñando una cinta de aventuras, seca y oscura, con un excelente villano de la mano del gran Thomas Mitchell. Completaban el reparto el elegante Robert Young, en su último papel para el cine y la bella actriz francesa  Nicole Maurey. Una actriz que ya había intervenido durante su primer etapa en su país natal,en un filme tan prestigioso como “Diario de un cura de pueblo” de Bresson y en la popular “Cita en Grenade” con Luis Mariano. Justo después emprendió una fugaz carrera en Hollywood donde además de la cinta que hoy nos ocupa coprotagonizó con Bing Crosby “El niño perdido”.
 
 
Por cierto que una ceremonia tremendamente kitsch, ambientada en el mítico Machu Picchu, surge la maravillosa cantante Yma Sumac, una artista que aseguraba ser una auténtica princesa inca y que se hizo muy popular en Estados Unidos al mezclar su prodigiosa voz con ritmos afro-cubanos. Otro aliciente más para disfrutar de esta entretenida cinta de aventuras, que es mucho más que el precedente de Indiana Jones.
 
 
 

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