Una de las principales figuras de la
Universal era Lon Chaney. Para él se
produjeron dos de las películas más importantes del estudio: El jorobado de Notre Dame y El fantasma de
la ópera. La marcha de Chaney a la nueva Metro-Goldwyn-Mayer dejó huérfano
a la productora, que también perdió a Tod Browning acompañando a su amigo a
los estudios de Culver City.
Para contrarrestar el efecto de tan
sensibles pérdidas, Universal contrató a dos directores europeos y al astro del
cine alemán, Conrad Veidt, que ya
había protagonizado varios hitos en su país entre ellos “El gabinete del Dr. Caligari “ y “El estudiante de Praga.
Uno de ellos el alemán Paul Leni tenía tras de si una prestigiosa carrera en
Alemanía, mientras que Paul Fejos
tras una tortuosa peregrinación había llegado finalmente a Hollywood.
El director nacido en Hungría,
provenía del mundo de la medicina, no obstante pronto se vio atraído por el
mundo teatral y subsiguientemente por el cine. Allí dirigió sus primeras cintas
para luego tras pasar por Austria llegar a los Estados Unidos donde ejerció de
bacteriólogo en la fundación Rockefeller. Más su inquietud por el medio
cinematográfico le insto a buscar financiación para dirigir “The last moment” realizado con
poquísimo presupuesto, su brillantez fílmica logró cautivar a los ejecutivos de
la Universal que lo contrataron prometiéndole libertad artística.
El argumento de su primer filme
comercial americano “The last
perfomance” mejor que el sensacionalista título español “Magia roja”,
guarda evidentes paralelismos con los usados por el equipo Chaney-Browning en
MGM. Un famoso mago enamorado de su joven ayudante, que tras descubrir gracias
a su malvado colaborador Buffo, que ella ama a otro de sus jóvenes ayudantes
plantea una terrible venganza, mientras finge bendecir la unión de los jóvenes.
Pero hasta ahí llegan las
similitudes, pues al contrario de las tortuosas y bizarras cintas de la Metro, Fejos
nos hace un alarde de su pericia para saber mover la cámara con gran elegancia,
desde su brillante inicio donde podemos observar las “tripas” del escenario
teatral antes de comenzar la función. Un estupendo filme que sorprenderá a
muchos por su excelente uso del montaje, dando lugar a una narrativa deslumbrante
y a la par descriptiva. Conrad Veidt por su parte cumple a la perfección su
papel de Erik el grande, su compañera de función la bella Marie Philbin ya había actuado con Chaney en “El fantasma de la
ópera” y volvería a protagonizar con Veidt otro de los grandes hitos de los
estudios Universal “El hombre que ríe”
de Leni. (http://ramonnovarr.blogspot.com.es/2013/10/el-hombre-que-rie-1928-freaks-en-el.html).
Por su parte Paul Fejos, llegaría a
la cima de su carrera con su siguiente filme “Soledad”, pura poesía en imágenes que cuenta con amplia
información en la red, pero que en breve volveremos a recordar aquí. De momento
os invito a descubrir esta maravilla del cine mudo, para paladares exquisitos.
P.D. Pese a su brevedad, os aseguro que este es uno de los
post que me han llevado más trabajo, porque la escasa información sobre el
director húngaro, en muchas ocasiones no está suficientemente contrastada,
resultando en ocasiones contradictoria, por lo que he decidido silenciarla
antes que exponer datos de fiabilidad dudosa.
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