Hay películas que se recomiendan sin
siquiera verlas, porque el director y el reparto auguran una gran función. Pero
más de una vez nos decepcionan, la historia del cine está repleta de cintas que
nacieron con los mejores augurios, que tenían el mejor material, reparto y
medios, pero que por una causa u otra no funcionaron. Este no es el caso de “La
pelirroja” una deliciosa comedia romántica de Raoul Walsh.
Los que seguís el blog con asiduidad,
veréis lo habitual que es el nombre de este cineasta en él. Pero es lógico que
si un blog recibe el nombre de “Clásico y divertido” figuren a menudo sus
películas, yo creo que no hay ningún otro director de Hollywood que cumpla tan
a las claras esas características.
Basada en la obra de James Hagen "One Sunday Afternoon,"
una pieza que alcanzó más de trescientas representaciones en Broadway, llevada
por primera vez al cine en 1933 con Gary
Cooper y Fay Wray, ocho años después Warner volvió a adaptarla con el
acreditado talento de los hermanos Julius
y Phillip Epstein, autores del guion de la mítica Casablanca. Ellos pusieron el libreto de esta encantadora película
que recreaba la América de finales de siglo.
Raoul Walsh ya había proporcionado a
Cagney un gran papel en “Los violentos
años veinte” una fantástica cinta de gangster en las antípodas de “La
pelirroja”. James Cagney era
ciertamente tan versátil como su director y muy pronto en su carrera había dado
multitud de registros que le impedían encasillarse en un tipo determinado. Aquí
interpretaba a un dentista perdidamente enamorado de la espectacular “Strawberry
Blonde" apodo que recibe Virginia Brush, a la que da vida la no menos
bella Rita Hayworth. Una actriz que
llevaba peleando en el mundillo del cine desde que firmara contrato con la Fox
en 1935. Después de muchos intentos, su nuevo patrón Harry Cohn jefe de la Columbia, cedió a la artista a Warner para
este filme que supuso su pasaporte a la fama.
Pero del trío estelar es la simpar
Olivia De Havilland la que se lleva los laureles de la función. Su
interpretación de la dulce Amy es deslumbrante, pocas veces ha estado tan
seductora como en este filme realizado inmediatamente antes de dos de sus
mayores éxitos “Si no amaneciera” (http://ramonnovarr.blogspot.com.es/2013/10/el-problema-dela-inmigracion-no-es-nada.html) y “Murieron con las botas puestas”.
“La pelirroja” es ante todo, una de
esos títulos que nunca nos fallan. Bajo su aparente sencillez se halla toda la
sabiduría de uno de los mejores directores de la historia del cine Raoul Walsh.
P.D. En 1948 Walsh volvió a dirigir una versión musical del filme
titulada Una tarde de domingo con Dennis Morgan, Dorothy Malone y Janis Paige,
que es por cierto bastante mala en gran parte debido a sus malas canciones y la
horrible interpretación de Morgan.
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