viernes, 7 de febrero de 2014

El rock de la carcel (1957) Carreras frustradas.


Ayer hablamos de la influencia de la música lírica en el cine. Para ilustrarlo comentamos una cinta del “Hombre para todo” de la MGM que era el director Richard Thorpe. Ese polifacético artesano es asimismo, responsable de la más recordada película del rey del rock “Elvis Presley”. Considerado por muchos como el mejor cantante de todos los tiempos, Elvis intentó demostrar que también tenía talento como actor.


El joven artista había tenido un éxito fulgurante desde sus primeras apariciones en televisión  a principios de 1956. Rápidamente sus canciones ocuparon los primeros puestos en las listas de discos más vendidos, alcanzado una popularidad sin precedentes. Los estudios de Hollywood que luchaban denodadamente contra la competencia televisiva, decidieron incorporar a la joven estrella cuanto antes.


Elvis debutó en un western titulado “Love me teder”, modificado a toda prisa el guion, era obvio que era una cinta corriente, protagonizada por el fornido Richard Egan, al que se acoplaron las canciones de Elvis con calzador. Tras rodar su primera cinta en color para el productor Hal Wallis, Presley volvió a la sobriedad del blanco y negro en este drama muy típico de su época.


Las historias de adolescentes pandilleros hacían furor en la década de los cincuentas. Marlon Brando en “El salvaje”, James Dean con “Rebelde sin causa” y Paul Newman en “Marcado por el odio” se convertían en iconos de una audiencia cada vez más joven.

 


Nedrick Young que poco después escribiría la famosa “Herencia del viento” fue el autor de una historia que tenía muchos puntos comunes con los filmes antes citados. Guy Trosper se encargó del guion, un estupendo escritor en cuyo curriculum hay trabajos estupendos como “La historia de Stratton”, “La puerta del diablo”, “El hombre de alcatraz” y “El rostro impenetrable”.



La cinta nos narra la historia de Vince Everett, un muchacho desarraigado que tras pasar por la cárcel, descubrirá a una representante musical que le llevará a la fama. Un cambio de situación que acabará convirtiendo al joven cantante en un ser egoísta y superficial, que ignora a todos aquellos que le han ayudado a subir a la cima.



Su mentora está interpretada por Judy Tyler. Hija de un trompetista de la orquesta de Paul Witheman, muy joven empezó a aparecer en la televisión. Después de actuar en Broadway con la obra “Pipe dream” intervino en dos películas “Bop Girl Goes Calypso” y El rock de la cárcel. Tres semanas después de concluir su rodaje, Judy fallecía junto con su segundo marido en un accidente de tráfico. La actriz que había sido nominada al Tony como mejor actriz de reparto, no pudo ver estrenada ninguna de sus películas.



Elvis que se enamoró durante el rodaje de su compañera de reparto, no quería ver el filme ante el doloroso recuerdo de su pérdida. No así el numeroso público que asiste masivamente a los cines, siendo con mucho la película más taquillera de Presley hasta entonces. La mezcla de un argumento serio, en ocasiones incluso duro, con las magníficas canciones de Leiber y Stoller, consiguen una estupenda cinta musical, en la que se auguraba una estupenda carrera cinematográfica.



Su siguiente filme dirigido por el magnífico Michael Curtiz “El barrio contra mí”, ambientado en el barrio criollo de Nueva Orleans, acompañado de un perverso Walter Mathau, acabó por cimentar su reputación como actor. Lamentablemente un inoportuno servicio militar, y la elección poco afortunada de sus siguientes títulos, quebraron una carrera que pudo ser mucho más brillante de lo que al final fue.


 

Para Elvis Presley y  Judy Tyler, que por circunstancias muy diferentes, no tuvieron la suerte que merecían en la pantalla, va dedicado la entrada de hoy.
            Esta canción la escribió el cantante Kenny Baker en memoria de Judy Tyler en 1959

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