Siempre que se habla del cine histórico
norteamericano, todo el mundo se hace la misma pregunta ¿Por qué las películas
de la revolución americana, no tienen la brillantez de las ambientadas en la
guerra civil? Lo cierto es que quizás con la excepción de la excelente serie de
HBO “John Adams”, no podemos hablar
de ninguna película redonda sobre el tema.
Uno de los títulos más desconocidos
es esta “Pasión de libertad”,
dirigida en 1940 por Frank Lloyd,
que se suponía era la réplica del estudio a “Lo que el viento se llevó”. Pero Columbia no era Selznick asociada
a MGM, ni los medios de que se dispuso podían siquiera acercarse. Al contrario
que en la mítica película de Fleming, que utiliza una duración fuera de lo
común para desarrollar la novela de Margaret
Mitchell con amplitud, en esta ocasión se decidió condensar la también
extensa obra de Elizabeth Page "The
Tree of Liberty".
Pese al buen hacer de Sidney Buchman (Caballero sin espada, La
pícara puritana, El difunto protesta) la limitación del tiempo en una obra
tan vasta, le impidió dibujar mejor a los personajes, esquematizando en exceso
una narración que hubiera podido ser memorable. La historia de Matt Howard, un
granjero humilde que lucha por progresar en los tiempos anteriores a la
secesión, y que se casa con una mujer de una condición social superior, tenía
los suficientes elementos para una gran película.
Otro de los motivos por los que se
suele criticar al filme, es la interpretación de Cary Grant, en el papel de rudo patriota, tan alejado del aire
sofisticado de sus papeles más célebres. No obstante para la gente que conoció
personalmente a Archie Leach, pensaban que esta caracterización junto a la de “Silvia scarlet” o “Gunga Din”
reflejaban su auténtica personalidad. Empeñado en mostrar sus condiciones de
actor serio, Grant quiso hacer este papel que resuelve con mucha dignidad.
Y es que pese a los peros a los que
hemos aludido, esta película no merece en absoluto, los atroces comentarios que
con frecuencia ha recibido. En ocasiones de parte de gente que no se ha tomado
la molestia en verla. El mayor acierto del filme es sin duda la interpretación
de Cedric
Hardwicke, como el aristocrático Fleetwood Peyton, némesis de Howard y
hermano de su esposa que interpreta con solvencia Martha Scott, reemplazo de última hora cuando enfermó la
protagonista inicial Joan Fontaine.
Otro título que rescatamos desde
nuestro peculiar baúl de los recuerdos, merece la pena descubrir. Una historia ambientada,
en uno de los momentos más trascendentales de la historia moderna, que consigue
hacernos pasar un buen rato.
P.D. Martha Scott y Cedric Hardwicke formaron parte del extenso
reparto de “Los diez mandamientos” de De Mille, ella interpretaba a la madre de
Moisés y Hardwicke al faraón Setti. En
la otra gran epopeya protagonizada por Charlton Heston “Ben-Hur” Martha Scott
volvió a hacer de su madre.
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