domingo, 12 de enero de 2014

El matrimonio (1954) Chejov y la Pampanini

“Petición de mano”, “El oso” y “La boda” son tres piezas teatrales en un acto, que Anton Chejov escribió entre 1888 y 1889. Son chispeantes comedias poco frecuentadas, si las comparemos con “La Gaviota, “El jardín de los cerezos “ y “Tio Vania” sus obras dramáticas más conocidas. En todas ellas, al igual que en sus maravillosos relatos, destaca su aguda percepción de la condición humana.

En 1954 Antonio Petrucci, que durante los cinco años anteriores había sido el director del festival de cine de Venecia, se estrenó como director de ficción, combinando esas tres historias, en un divertido largometraje que incluía a cuatro grandes figuras del cine italiano.  Mientras tres de ellas: Vittorio de Sica, Valentina Cortesse y Alberto Sordi tuvieron una larga trayectoria, Silvana Pampanini, en aquel momento una auténtica estrella, ha ido quedando en el olvido.



Precursora de las luego llamadas  “Maggiorata” (Mangano, Loren, Lollobrigida) Pampanini se dio a conocer en el certamen de Miss Italia 1946, donde recibirá el máximo premio ex –equo con la ganadora oficial Rossana Martini, ante la petición del público asistente. Formada como cantante (su abuela fue una famosa soprano), fue pronto captada por el cine, donde logró una popularidad que rebasó las fronteras italianas. En España sin ir más lejos, fue muy popular entre los caballeros por sus opulentas formas.


Iniciando su carrera cinematográfica con un ritmo frenético, (llegó a filmar hasta ocho cintas en un año) tuvo un rápido declive, debido en parte a su enfrentamiento con el poderoso productor Morris Ergas. Este ofendido tras perder un juicio donde reclamaba los enormes gastos de la diva, puso toda su influencia para que se le cerraran las puertas de los principales estudios italianos. Ese carácter volcánico que tantos quebraderos de cabeza le procuró en su vida sentimental y profesional,  daba brillo a sus actuaciones.
 
“El matrimonio” no es una obra maestra, pero merece mayor atención que el que se le ha dado. Una comedia rodada con gusto, que nunca cae en la vulgaridad, algo que hoy desgraciadamente no es tan habitual. Sirva esta reseña como sencillo homenaje, a una Dama que hizo más agradable la vida, a nuestros padres y abuelos.
 
 
P.D. Antonio Petrucci sólo rodó otro filme más de ficción “No soy culpable” con Eduardo de Filippo. Director también de “La grande hora” un estupendo documental sobre el concilio Vaticano II. Escritor de la historia en que se basó “Viva Italia” de Rossellini, fue asimismo asesor en la famosa cinta americana “Las sandalias del pescador”.
Morris Ergas se encargó de producir la magnífica “El general de la Rovere” de Rossellini. En esta cinta protagonizada por Vittorio De Sica, debutó Sandra Milo que luego se casaría con el famoso productor, protagonizando una tempestuosa relación que ocupó los titulares de las revistas del corazón en los años sesenta.
Silvana Pampanini rodo ese 1954 la cinta Tirma rodada en las Islas Canarias basada en la época de su conquista, el héroe era Marcello Mastroianni.

No hay comentarios:

Publicar un comentario