Ricardo Núñez había sido un actor de fama durante el periodo
republicano. Exiliado tras la guerra en Argentina, tuvo que volver a España al
caer el justicialismo al que estaba vinculado. Durante su etapa en el país
hermano fue dedicándose a la dirección y producción cinematográficas,
actividades que retomará al volver a su patria.
Lolita Sevilla que debutara en el cine
en la emblemática “Bienvenido Mr.
Marshall”, fue dirigida por Ricardo Núñez en cuatro títulos: “La chica del barrio”, “Malagueña”, “Tremolina”
y “Lo que cuesta vivir”. Mientras en esta última adaptaba el popular
sainete “Es mi hombre” de Carlos
Arniches, “La chica del barrio” era una nueva versión de la popular pieza de Pilar Millán Astray “La tonta del bote”
estrenada en 1925 y que ya había sido llevada al cine en 1939 en la que supuso
la primera cinta de la exitosa pareja
formada por Rafael Durán y Josita
Hernán.
La cinta de
Ricardo Nuñez, es ante todo una película folklórica, género habitual en la
época. Pero su calidad es notoriamente superior a otros que solo son, meros vehículos
de lucimiento para las estrellas canoras del momento. Ejemplos de buen cine
utilizando este sistema son las cintas protagonizadas por Juanita Reina para CIFESA y
la muy estimable “Aventuras del barbero de Sevilla” dirigida por Ladislao Vajda y que compitió en el
festival de Cannes de 1954. Lolita Sevilla acompañaba a Luis Mariano, en esta coproducción hispano francesa, donde
destacaba el buen hacer de uno de nuestros grandes secundarios, Pepe Isbert.
Este excelente
actor que intervendría en varios títulos de Lolita Sevilla, en un papel más
extenso de lo habitual, depara los mejores momentos del filme, junto a José Luis Ozores, magnífico actor cómico
que murió prematuramente. Otro apunte de lo cuidado de la producción es el
hecho que las estrellas musicales de la película Pepe Blanco y Lolita Sevilla, fueran doblados en los diálogos por
las magníficas voces de Pedro Pablo
Ayuso y Elsa Fábregas.
Porque cantar
y muy requetebién era lo que hacían. Pepe blanco, logroñés como un servidor
tuvo una dilatada carrera de éxitos sobre los escenarios. Aunque su pareja en
las tablas y tres películas más fue la exqusita artista barcelonesa Carmen Morell, tuvo muchos éxitos en
solitario. En esta cinta suenan dos de los más famosos “Soy postinero” y “Madrid, tiene seis letras”. En cuanto a Lolita,
que desgraciadamente acaba de dejarnos, decir que comenzaba el momento más
fulgurante de su carrera. Una trayectoria brillante que nos deparó creaciones
tan hermosas como “Cántame un pasodoble
español” y “Cuatro noches”. En “La chica del barrio” canta el precioso
pasodoble “Chatilla”, inspirado en
la figura de Isabel de Borbón,
hermana de Alfonso XII, a la que el pueblo puso el apodo de “La chata”. Una figura a la que Lolita
admiraba y que le hubiera gustado interpretar en el cine. Lo cierto es que fue
un personaje que ha inspirado varias coplas y un en su tiempo popularísimo
romance, obra de Rafael Duyós que
sonaba en las radios de cretona, en la inconfundible voz de Alejandro Ulloa.
El hábil guion
de Vicente Coello, uno de nuestros
mejores escritores del cine popular, tiene la virtud de no caer en la cursilería,
que anidaba en algunos de los diálogos de la obra original, despojándola de
dramatismo y encajándola en la vertiente primordialmente cómica. Ese mismo año
firmaría uno de sus mejores trabajos adaptando “Los ladrones somos gente honrada” otra vez con Isbert y Ozores.
Con este
amable sainete, radicado en un Madrid de coches de caballo, quiero rendir un
sincero homenaje a la gran Lolita Sevilla, a mi paisano Pepe Blanco y al bueno
de Ricardo Núñez cuya azarosa vida, es un fiel reflejo de la tumultuosa
historia de un país llamado España.
P.D. Elsa Fábregas y Alejandro
Ulloa doblaron a Vivien Lehig y Robert Taylor en El puente de Waterloo. Por
supuesto el doblaje más famoso de Fábregas es el de Escarlata O´Hara en Lo que
el viento se llevó.
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