Sé que algunos
se tiraran de los pelos, viendo esta cinta de John Ford en el blog. Que para muchos es una mancha en su impecable
filmografía y que es mejor dejarla en el olvido. Curiosamente algunos de los
que afirman esto, no se han tomado la molestia de ver entera la película. Que
no es una obra maestra, eso es cierto. Pero hay muchísimos ejemplos de buenas
películas que sin serlo, nos hacen pasar un agradable rato y esta es una de
ellas.
Famosa más por
el idilio entre su director y la protagonista Katherine Hepburn, “Maria Estuardo” es un filme biográfico típico
de la época. Ante las acusaciones sobre la falta de rigor histórico de la
cinta, cabe responder que es un mal endémico en el cine. Ni determinadas cintas
con ínfulas de prestigio como “Espartaco”
de Stanley Kubrick, escapan al
certero juicio de un aficionado a la historia de un mínimo nivel. Hay algunas apologías
delirantes como la que hace Ken Hughes
de Oliver Cromwell, convirtiendo en un demócrata de toda la vida a un dictador
brutal.
Ya sabemos que
la mayoría de las películas mal llamadas históricas, suelen ser meras
adaptaciones de novelas u obras de teatro.
En este caso se trata de una obra en verso de Maxwell Anderson estrenada tres años antes. El otrora periodista y
poeta, se decantó finalmente por el género dramático, con gran éxito de crítica
y público. La época isabelina no solo inspiró este drama, tan bien fue la fuente
para “La reina Elizabeth” y “Ana de los
mil días” ambas llevadas a la pantalla. Otra de sus piezas totalmente
alejada del tema “Cayo largo”, se convirtió en una gran película de Huston con Bogart, Bacall y el siempre
perfecto Robinson.
Se suele
culpar al por lo demás excelente guionista Dudley
Nichols, de no haber sabido liberarse del encorsetamiento de la obra
original. Lo que no se dice es que la productora RKO, hizo un montaje monstruoso cercenando varias escenas de Ford e
insertando nuevo material, ajeno al director. Pese a todo, la grandeza del
cineasta de origen irlandés salé a relucir en muchas ocasiones, como en la
llegada de María en medio de la niebla.
Katherine Hepburn compone con elegancia y cercanía su papel, mientras el
irregular Fredric March logra una
muy buena actuación como el intrepido Bothwell. Otros compañeros habituales de
Ford como John Carradine y Donald Crisp,
aunque algo desubicados saben estar a la altura.
Muchos preferirán
a la María encarnada por Vanessa
Redgrave, en el filme de 1971 de John
Hall, menos fabulador históricamente. Pero yo prefiero sin dudarlo a mi
Kate, subida en la almena, bellísima, divisando un horizonte sin futuro, una
cosa es la historia y otra muy distinta el cine.
P.D. Se cuenta que Ginger Rogers quería hacer el papel, pero me parece que el señor Ford no estaba por la labor. Aunque bien visto tampoco resulta tan descabellado porque en la adaptación radiofónica
interpretó a María, Joan Crawford.
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