Que Rembrandt es uno de los mejores
pintores de la historia y que Charles
Laughton figura entre los actores más talentosos de todos los tiempos,
nadie lo pone en duda. Lo cierto es que no se me ocurre a nadie mejor para encarnar al egregio artista holandés
que el extraordinario intérprete británico.
Las películas
biográficas sobre pintores en el periodo del cine clásico, han incidido más en
la experiencia vital de los artistas que en su labor de creación. Los retratos
de Toulouse-Lautrec por Huston (Moulin
Rouge 1952) o de Modigliani por Becker
(Los amantes de Montparnasse 1957) son claros ejemplos. En ocasiones se llegó al ridículo, como el
alucinado Anthony Franciosa, dando vida a Goya en la espantosa “La maja desnuda”. Sólo dos cintas a mi entender dan con la clave de
ilustrar el proceso creativo del artista. Una en clave de comedia es la
delirante “Un genio anda suelto” de Ronald Neame, donde un genial Alec Guinnes daba vida a un excéntrico
pintor. La otra es la fascinante, ”El
loco del pelo rojo” de Minnelli, el mejor acercamiento que ha dado el cine
clásico al mundo de la pintura.
El Rembrandt
de Alexander Korda, más que un
pintor es un filósofo. Es su pensamiento el que intenta transmitir el filme, la
manera en que concibe la vida y su arte. Al contrario que en otras biografías al
uso, la única pintura que vemos de este es “La
ronda de noche”. Un cuadro que provoca la controversia de sus mecenas, que
no ven con buenos ojos la deriva artística que acaba de emprender el autor.
Rembrandt que en su juventud ha sido un
artista exitoso, plegándose al gusto de la burguesía adinerada, tras la traumática experiencia de perder a su
esposa , decide entregarse a un arte sin
concesiones, pese a que esto le acarree el descrédito social y económico.
Porque las
finanzas ocupan buena parte de la historia. Fiel reflejo de una época en la que
la mayoría de los pintores eran artesanos, cuya mayor gloria residía en alcanzar
fortuna. La figura de Rembrandt, poniendo su arte por encima de su propia
estabilidad económica, le coloca como un artista moderno que trasciende a su
tiempo.
Korda, que
desde su llegada a Inglaterra, había logrado fama por sus recreaciones históricas,
puso en esta cinta, un cuidado especial. Contrató al escritor y guionista Carl Zuckmayer para que se ocupara del
texto, en colaboración con Lajos Biro.
Pidió al excelente fotógrafo Georges
Périnal que intentara emular la iluminación característica de los cuadros
del pintor holandés. Y ante todo, tuvo la paciencia necesaria, para dejar que
Laughton compusiera a sus anchas la
creación del personaje. Iniciativa recompensada, por una de las más
conmovedoras interpretaciones del actor, que en esta cinta logra una de las
mayores cúspides de su carrera. Su esposa
Elsa Lanchester recrea con gran acierto el retrato de Hendrickje Stoffels, una mujer que sacrificó todo, por su
incondicional devoción al pintor.
Devoción que muchos sentimos, por
este descomunal actor, que sigue deleitándonos con sus actuaciones, llamado
Charles Laughton.
P.D. El siguiente proyecto a
rodar con la productora de Korda, por parte de Laughton fue la malagroda “Yo Claudio”, seguramente la película
inacabada más famosa de la historia. Carl Zuckmayer era ya un poeta, autor
teatral y guionista de éxito. Fruto de su talento es la adaptación de la novela
Profesor Unrat, que fue convertida en la mítica “El ángel azul”.
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