jueves, 17 de octubre de 2013

Al servicio de las damas (1936) Los ricos también...están locos


En un vertedero donde malviven los menesterosos, dos alocadas hermanas de la alta sociedad, pugnan por encontrar al vagabundo que necesitan para ganar una yincana.  Allí  Irene (Carole Lombard) lográ arrebatar a su hermana el preciado trofeo,  un paria de la sociedad llamado Godfrey (William Powell).

Para verificar el triunfo, debe acompañarles a un lujoso hotel donde celebran una fiesta, allí Godfrey improvisará una brillante conferencia sobre los males del juego. La personalidad del vagabundo deja tan impresionada a Irene, que convence a sus padres para que este ocupe la plaza de mayordomo que ha quedado vacante.

En cuanto ponga los pies en la mansión, Godfrey  tendrá que lidiar con los esperpénticos personajes que la habitan, donde solo el patriarca (Eugene Palette) parece conservar la cordura.

Pese a tratarse de una frenética comedia, cuyo principal objetivo es divertirnos y a fe que lo consigue, “Al servicio de las damas” nos traza el relato de un hombre en búsqueda de la dignidad perdida. Utilizará su talento, no solo para alcanzar su objetivo, también ayudará a otros que como él han tocado fondo

El director Gregory La Cava,  proyecta las luces y sombras con que se adorna esta admirable farsa.  Una película para ricos y pobres, para cuerdos y locos.

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