domingo, 27 de octubre de 2013

La rosa tatuada (1955) Para hacer bien el amor hay que venir al sur


Cuando la policía mata a su marido tras intentar huir con un camión repleto de contrabando, su viuda Serafina Delle Rose (Anna Magnani) cae en una profunda depresión. Ensimismada en un pasado idealizado, poco a poco va alejándose de los demás. Esto afectará a la relación con su hija que acabará huyendo con su novio. La aparición de un apuesto y algo loco camionero (Burt Lancaster) traerá nueva luz a su vida.

La necesidad de compañía, de amor, de sexo. Los prejuicios derivados de la educación religiosa. El machismo posesivo en una sociedad agobiante. La locura como vía de escape de la realidad.  Seres de carne y hueso, viscerales, apasionados, fieles, egoístas, generosos. Todo eso y mucho más retrata Tennesse Williams en esta obra ambientada en una pequeña población de inmigrantes italianos enclavada en el profundo sur.

Un texto crudo y hermoso, representado por dos maravillosos actores en la plenitud de su talento. Al visionarla no parece que estemos asistiendo a una película, sino a un retazo de la vida misma.
                       P.D. Anna Magnani recibió el oscar por su conmovedora actuación

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