Groucho Marx cual mosca caminando sobre
el techo de la pared, es la primera nítida imagen que tengo del cine de Los Hermanos Marx. Sucedió como otros de estos recuerdos, en el más que centenario,
Teatro Bretón de mi ciudad. Con los
años mi admiración por estos geniales cómicos no ha hecho más que aumentar. En comparación con otros humoristas, su
filmografía es breve, pero quizás por ello de mejor calidad.
“Una tarde en
el circo” es la primera cinta, que los Marx rodaron con su nuevo contrato en
MGM. El año anterior habían rodado en RKO la divertida “El hotel de los líos” con una producción bastante discreta. Nada
tenía que ver con las lujosas cintas que habían realizado, con el productor Irving Thalberg para la compañía del
león. Esas dos comedias “Una noche en la ópera” y “Un día en las
carreras” representaron el momento más álgido de popularidad de los
hermanos entre el público.
Pero en 1939
las cosas habían cambiado mucho, Thalberg fallecido dos años atrás, ya no podía
protegerles. Su independencia artística se redujo considerablemente, y sabían que
no eran del agrado del ceñudo Louis B.
Mayer el todopoderoso director del estudio. Afortunadamente Mervin Le Roy, yerno del magnate, se
encargó de la producción del filme, dotándolo de los medios suficientes para
lograr un producto de calidad. Nada que ver con las cintas de bajo costo, que eran
habituales en otros cómicos contemporáneos.
Buster Keaton, que ahora subsistía
elaborando gags para MGM, no acabó de encajar con el estilo indómito de los
tres hermanos. Sé que vosotros lo hacéis solos perfectamente, pero Mayer me
paga por esto les dijo. Algo de su ingenio no obstante quedó en la
elaboración de algunos de los momentos más divertidos del filme.
Como en otras
cintas de los Marx, una pareja de jóvenes enamorados compartían cartel con
ellos. Aquí ya no estaban los glamurosos Allan
Jones y Maureen O´Sullivan (la hermosa Jane) que coprotagonizaron su última
producción con Thalberg. Se tuvieron que conformar con Florence Rice, una actriz de comedia que tuvo una carrera de muy
poco fuste y Kenny Baker un popular
cantante de radio, que se dio a conocer en el famoso show de Jack Benny, tras
lo que emprendería una carrera en el cine que incluye, además de esta cinta, títulos
tan conocidos como “The mikado” y “Las
chicas Harvey” con Judy Garland.
Curiosamente
los dos mejores canciones de la cinta son interpretadas por Harpo y Groucho. El silencioso cómico
interpreta “Blue Moon” todo un
standard de la música norteamericana. Compuesta en 1933 por Rodgers y Hart para una cinta de Jean Harlow, fue otra vez utilizada en
la famosa “El enemigo público número uno”.
En ambos casos con letras distintas, la que hoy conocemos es la tercera
versión, que se quedó como definitiva y ha sido grabado en multitud de
ocasiones por artistas bien diferentes. Harpo hace una deliciosa adaptación en
forma de blues, acompañado por un estupendo coro de cantantes de color. La otra
canción si fue creada para la cinta, por los célebres Harold Arlen y Yip Harburg, que en esos momentos componían las
canciones de El mago de Oz. “Lydia the
Tattooed Lady”, es para mí el mejor tema
escrito para Groucho Marx, donde exhibe todo su repertorio humorístico,
narrando su aventura con esta mujer que tiene en su cuerpo tatuado tantos
elementos: La batallad de Waterloo, El naufragio del Esperus, Washington
cruzando el Delaware , El presidente Andrew Jackson , Niagara , Alcatraz ,
Buffalo Bill , Picasso , El Capitán Spaulding explorando el Amazonas (divertida alusión al personaje de
Groucho en El conflicto de los Marx) entre otros muchos nombres, lugares, o
palabras. Este jocoso tema lo interpretó Groucho con asiduidad y fue
frecuentado por muchos otros artistas. En el cine también volvió a aparecer en
distintas ocasiones, siendo quizás la más célebre “Historias de Filadelfia” donde la actriz infantil Virginia Weidler,
aporrea el piano interpretando la canción.
Otro de los
elementos esenciales en las mejores películas de los hermanos Marx, es la
presencia de Margaret Dumond,
interpretando a Sussana Dukesbury, la tía millonaria del idealista Jeff (Kenny
Baker) que ha comprado un circo al enamorarse de la bella caballista Julie
(Florence Rice). Groucho y sus hermanos intentaran convencer a la rica dama, de
que ayude a su sobrino a mantener el circo, cuando se queda sin dinero, al ser
asaltado por unos facinerosos.
El estupendo
final de la cinta, con una orquesta sinfónica tocando con fervor Lohengrin, ignorantes de que Harpo ha
soltado amarras y están cruzando el Océano, es inolvidable. Obra del ingenio
del estimable escritor Irving Brecher,
que contribuyó junto al otrora artista del vodevil Edward Buzzell, ahora director, al resultado final de esta muy
estimable cinta de los Hermanos Marx.
No hay comentarios:
Publicar un comentario