domingo, 22 de diciembre de 2013

Historias de la radio (1955) El aroma de una época


Mi madre siempre evocaba, el momento en que mi abuela  apareció con una radio en la casa. La había comprado en la almoneda, a escondidas de mi abuelo, hombre reacio a las modernidades y mucho más a la venta a plazos. Luego, claro está el señor Julián, que así se llamaba, no sabía pasarse sin el invento. En esa España rural, con tan pocos contactos con el  exterior, la radio significaba la única ventana al mundo.

 
Un mundo que queda perfectamente reflejado, en esta maravillosa comedia de episodios, fruto del talento de José Luis Sáenz de Heredia. Hombre de gran cultura, aprendió los rudimentos cinematográficos en la productora Filmófono que dirigía Luis Buñuel.  Allí dirigió una de las cintas más taquilleras del periodo republicano “La hija de Juan Simón”, protagonizada por el popular cantante Angelillo. Tras la contienda civil fue el designado para filmar “Raza”, filme propagandístico del nuevo régimen. Su primera incursión en la comedia, aparte de su debut como director, ”Patricio miró una estrella”, es la muy estimable “El destino se disculpa”. Adaptación de un texto de Wenceslao Fernández Florez , protagonizado por el galán de moda Rafael Durán, supuso el trampolín de lanzamiento de un actor que se convertiría en leyenda del cine español, Fernando Fernán Gómez.

Fernán Gómez se convirtió con el paso de los años, en uno de los mejores amigos de Sáenz de Heredia, al igual que Francisco Rabal, que en “Historias de la radio” realiza el papel de hilo conductor de las tres historias de las que consta. La peripecia personal del locutor al que Rabal da vida, da el sentido de unidad, a una cinta en la que intervinieron muchos de los mejores actores de la  época.


Pepe Isbert, nos emociona con su papel de un inventor, que para obtener el dinero necesario para registrar la patente, se disfraza de esquimal con trineo y perro y así obtener el premio que ofrece Radio Madrid, por aparecer de esa guisa en el estudio. La gesta por lograr su objetivo, culmina con la encarnizada lucha que sostiene con otro concursante, en las escaleras que llevan al estudio radiofónico. En la segunda historia destaca un soberbio Pedro Porcel, vistiendo los hábitos de un peculiar sacerdote que logra redimir a un ladrón de poca monta (Ángel de Andrés). Por último en la tercera narración, brilla la actuación de Alberto Romea como un viejo profesor, que decide acudir a un concurso de preguntas, con el fin de pagar el viaje a Suecia, donde deben operar a uno de sus alumnos. Mientras en el pequeño pueblo donde viven ruegan por su triunfo el pequeño, su madre y un curilla genialmente interpretado por José Luis Ozores. Igualmente estupendos, pero en papeles de menor enjundia destacan Tony Leblanc, Juanjo Menéndez, Guadalupe Muñoz Sampedro como esposa del anciano profesor y la bella Margarita Andrey, en la cinta locutora de radio y novia de Paco Rabal.

 

Quién no podía faltar en la cinta, era la entusiasta figura de Bobby Deglané. El locutor chileno era en gran medida,  el artífice de esa radio que cautivaba a la sociedad española, además fue también el fundador del popular diario MARCA.  A su lado actúan figuras musicales de la talla de Gracia Montes y el exquisito conjunto vocal donostiarra Los Xey.



Transcurridos casi sesenta años desde su estreno en los cines, después de tantos cambios de todo tipo, la gran calidad de esta sensible y divertida farsa, siguen situándola como una de las mejores comedias del cine español.  Aquí va mi  sincero homenaje, a uno de los cineastas más talentosos del cine español, cuyos restos reposan en Alfaro, una bella ciudad de La Rioja, mi tierra.

1 comentario:

  1. Maravillosa película, que junto a Historia de la Televisión, nos describen una España, a la cual le habían dado algo parecido a un premio de consolación en el reparto del "Plan Marshall" y que en las clases menos favorecidas suplían la carencia de vitaminas con el reparto en los colegios de unos "Polvos blancos" que se añadían al agua y que llamaban "leche en polvo". Con ello se trataba de paliar las carencias nutritivas y enmascarar lo que no era otra cosa que hambre pura y cruda. La radio contribuyó a acercar las zonas rurales y aisladas, a otro mundo que si bien tenían conocimiento de su existencia, no conocían los pormenores. Esta película es una buena radiografía de aquella época. Como siempre, actores tan queridos por nosotros nos deleitan con su arte. Quiero destacar un Alberto Romea, tan grande y si embargo tan olvidado hoy en día. Una gran película, sobre una España que se dividía en 2 niveles muy distanciados, los vestigios de la clase superior de los Vencedores, y de los vencidos, a los que se les permitía subsistir porque necesitaban "Servidores baratos".

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