Uno de los
mayores tabúes de la sociedad a lo largo de los siglos y que todavía sigue vigente,
es el del amor interracial. Las trabas sociales e incluso penales que llevaban
consigo, han sido habituales en diferentes culturas y religiones. En la Norteamérica
de los años treinta del siglo pasado, era visto en amplias capas de la
población, como algo casi “demoniaco”.
En su magnífica autobiografía “El nombre delante del título” Capra achacaba a estos prejuicios
el que su cinta “La amargura del general Yen” no tuviera la acogida esperada.
Situada
justamente en el umbral, de la que sería una larga lista de éxitos, este exótico
drama fue cayendo progresivamente en el olvido, ante el fulgor de su obra
posterior. Al frente del reparto se hallaba Barbara Stanwyck, que ya había
rodado otras tres cintas con el director nacido en Sicilia. Aquí interpreta a
Megan David, una joven americana que recién llegada a China para contraer
matrimonio con un misionero protestante (Gavin Gordon), es raptada por un poderoso señor de la guerra,
el general Yen (Nils Asther ) .
En un ambiente
de pavorosa guerra civil, en que la vida humana carece de valor, donde se
lucran personajes tan corruptos, como el traficante de armas Jones (Walter
Connolly), surge al igual que una hermosa orquídea entre el fango, el apasionado
romance entre el despótico militar y la inocente misionera.
Esta obra Impregnada
de un sutil erotismo, que parece impregnarlo todo, es ante todo un canto al
perdón y a la redención de las personas, aunque los medios que se utilicen
difieran de los estrechos cauces de la moralidad puritana. Un mensaje de
libertad y respeto para los que son diferentes a nosotros. Desgraciadamente
estos aires de renovación, quedaran cercenados cuando poco después se empiece a
aplicar el Código Hays.
Planteada como
una producción de prestigio, utilizando numerosos extras, goza de estupendos
decorados y un imaginativo vestuario de Robert
Kalloch y Edward Stevenson. El talento de la cámara de Joseph Walker, fotografía la espléndida anatomía
de la Stanwyck como en ninguna otra película. La acreditada dirección de
actores de Frank Capra, propicia unas actuaciones esplendidas por parte de los dos
amantes, describiendo cada matiz de sus complejas personalidades. Estos son
algunos de los atractivos de esta tragedia romántica, considerada por su
director, como una de sus cintas favoritas, si pueden verla es muy posible que
coincidan con él.
Nils Asther ya había interpretado a un villano oriental en Orquídeas salvajes con la Garbo
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