Durante el
rodaje de “Los que no perdonan” Burt
Lancaster y John Houston quisieron enseñar a disparar a Lillian Gish, pero descubrieron
asombrados como ella era más rápida y precisa que ellos. Parece que la actriz
aprendió del otrora ladrón de trenes Al
J. Jennings, luego convertido en estrella de la pantalla. Luego con los años
había perfeccionado su técnica hasta llegar a manejar el revolver con gran
destreza.
Esta simpática
anécdota nos refleja la fuerte personalidad de Gish, tan diferente al ingenuo y
débil personaje con el que se le identifica. La muchacha desvalida, golpeada
por la fortuna, a la que solo el amor puede rescatarla. La asociación durante
diez años al todopoderoso director DW
Griffith, forjó esa imagen que el público tanto adoraba. Aparte de las
epopeyas históricas como “El nacimiento
de una nación” y “Las dos huérfanas”, tuvo la ocasión de acometer
personajes más profundos en “Lirios rotos” y “Las dos tormentas”. En
ambos filmes compartió cartel con el apuesto Richard Barthelmess.
Precisamente Barthelmess
fue quien le habló de las excelencias como director de Henry King. Para entonces Gish había finalizado su compromiso con Griffith,
e incluso se había aventurado a dirigir una película “Remodeling Her Husband” que protagonizó su hermana Dorothy. Cuando
visionó “Tol'able David” (1921) la cinta que el actor acababa de rodar con
King, pensó en lo interesante que sería
para su carrera trabajar con este director. El cineasta que protagonizaría una
longeva carrera a lo largo de casi cincuenta años, había comenzado como actor
de varietés y para entonces llevaba seis años como director de cine.
“Tol'able
David” era el segundo largometraje de Inspiration
Pictures, una nueva productora fundada por Charles H. Duell y Boyce Smith, con la que Gish llegó a un acuerdo.
Por encima de la cuantía de su salario la actriz primo que contrataran a su
hermana Dorothy, y que tuviera
capacidad de decisión en cuestiones artísticas. La primera cinta de Lillian Gish para la novel productora sería “La
hermana blanca” basada en la obra de Francis
Marion Crawford, que ya había sido llevada al cine en 1909.
A diferencia
de la mayoría de las cintas norteamericanas, este drama místico se rodó en
Italia. Sus esplendidos decorados en los estudios de Roma y los exteriores en
la luminosa Nápoles. Las escenas del desierto se filmaron en Argelia. Todo esto
habla de una producción de gran magnitud que rebasaba ampliamente los
estándares cinematográficos de la época.
Para
coprotagonizar el filme, King dio la oportunidad a Ronald Colman, un actor inglés que acababa de triunfar en Broadway
con la pieza “La Tendresse".
Fue el primer eslabón de una exitosa carrera. Aquí interpretaba al Capitán
Giovanni Severini, novio de Ángela
Chiaromonte (Lillian Gish) hija de un adinerado aristócrata italiano. Pero
cuando su padre muere, su malvada hermanastra la despoja de su herencia, utilizando falsas
pruebas que la acusan de ser hija ilegítima. Pero como todo se puede empeorar,
su fiel novio Giovanni debe zarpara para África, encargado de una peligrosa
misión.
A lo largo de
sus casi dos horas y media, asistiremos a todo tipo de situaciones
melodramáticas, en las que no faltan, el
ataque de beduinos belicosos, ni la abrupta erupción del Vesubio. Un gran
espectáculo con magníficas interpretaciones que merece la pena ser descubierto.
P.D. La película distribuida por la Metro Pictures logró un
gran éxito. Diez años después convertida en MGM, volvió a rodar una nueva
versión sonora protagonizada por Clark
Gable y Helen Hayes. Curiosamente Helen Hayes fue la heredera de la
sustanciosa fortuna de Lillian Gish, aunque solo la sobrevivió dieciocho días.
En 1960 se realizó una versión en México protagonizada por Yolanda Varela y el español Jorge
Mistral.
Francis Marion Crawford que fijó su residencia en Italia
(donde había nacido pese a ser su nacionalidad estadounidense) escribió la
primera novela sobre la mafia, curiosamente titulada “Corleone”.
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