viernes, 27 de diciembre de 2013

Holiday Inn (1942) La peli que al final no hizo la mamá de J. R.

 

Solo con la mención de Irving Berlin, Fred Astaire y Bing Crosby, pudiéramos escribir buena parte de la música popular norteamericana, durante la primera parte del  siglo XX. Nadie en ese periodo alcanzó mayor fama como compositor, bailarín y cantante. Así que era muy lógico que Paramount  reuniera a los tres en este estupendo musical que es Holiday Inn.  Mary Martin que ya empezaba a destacar como cantante en Broadway, y que luego estrenaría las míticas South Pacific y Sonrisas y lágrimas, también iba a ser de la partida, aunque al final fue la bella Marjorie Reynolds quien intervino en el filme.


Para dirigirla se trajo a un viejo conocido de Fred Astaire, Mark Sandrich, con el que había coincidido en cinco películas, incluyendo las dos más populares del dúo que en la década anterior formara con Ginger Rogers:  ”La alegre divorciada”  y “Sombrero de copa”. Sandrich seguía siendo popular por las tres películas que acababa de rodar con el cómico de la radio Jack Benny, coprotagonista de “Ser o no ser” de Lubischt, con las que la productora Paramount había conseguido buenos dividendos.


Juntos pero no revueltos, podría bien ser la definición de esta cinta, las dos estrellas se circunscriben a su parcela, sin intentar saltar a la de su compañero de rodaje. El dinámico  Astaire se luce en los números con sus paternaires Marjorie Reynolds y  Virginia Dale, destacando para mí en dos momentos, el improvisado baile borracho con Reynolds, y un solo con los petardos del 4 de Julio, realmente sensacionales. Del otro lado Crosby apenas apunta unos pasos de baile, dedicándose a lo que mejor hacia cantar. De entre todas las estupendas canciones de Berlin, lógicamente señalaría  Easter Parade” precioso tema que el compositor de origen judío había compuesto para el musical “A Thousand Cheer” en 1933  y por supuesto la evocadora “White Christmas”.


Esta canción, seguramente la más famosa de la historia, fue escrita en 1940 y estrenada por Crosby ante los micrófonos de la NBC el día de Navidad de 1941. No obstante su abrumador éxito se debió al lanzamiento discográfico, junto con otros cinco temas de la película realizado en julio de 1942. Poco a poco su fama fue creciendo hasta alcanzar el número uno de las listas en octubre del mismo año. La academia de Hollywood la daría el refrendo consiguiendo el oscar a la mejor canción.

 

El hábil guion, basado en una idea de Berlin, adaptada por Elmer Rice y dialogada por Claude Bynyon, explota muy bien los caracteres opuestos de los protagonistas. Astaire es Ted Hanover  un bailarín que desea el éxito a toda costa, mientras el cantante Tim Hardy (Crosby) desea una vida tranquila. Para ello se traslada a una granja, a la que transforma en un selecto club, que solo abrirá los quince días festivos.

La encantadora Marjorie Reynolds se debatirá entre el amor de ambos y lo que representan. Por cierto que su hermosa voz, es de la cantante Martha Mears, habitual en la radio también dobló a estrellas del calibre de Claudette Colbert, Veronica Lake y Loretta Young. Otra de las mejores actuaciones se deba a la magnífica actriz de color Louise Beavers, que ya había destacado en títulos tan conocidos como “Imitación de la vida” y “Piratas del mar Caribe”.

Una más que disfrutable cinta, ideal para estas fechas. Doce años después, la Paramount para lanzar el nuevo formato de pantalla Vistavision, produjo “Navidades blancas” que en gran medida copiaba la historia de “Holiday Inn”. Pese a la gran recaudación obtenida, los resultados artísticos son muy inferiores. Por lo que me decanto sin duda por estas navidades blancas, en blanco y negro.


P.D. Tres curiosidades: Astaire y Crosby volverían a coincidir en otra cinta con música de Berlin, “Blue Skies”. La magnífica banda que acompaña a los números musicales es la de Bob Crosby hermano menor de Bing. Mary Martin la cantante que al final no hizo la cinta y que luego triunfaría en Broadway, vio cómo su hijo Larry Hagman, conseguía fama mundial al encarnar en Dallas al malvado J.R.

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