viernes, 13 de diciembre de 2013

La mujer de blanco (1948) El fulgor de Eleanor Parker

 

La literatura inglesa del siglo XIX ha sido utilizada con profusión por el medio cinematográfico y televisivo. Solo basta fijarse en el número de adaptaciones para distintos medios, de las novelas de Jane Austen, Emili y Charlotte Bronte, George Elliot, Bram Stoker, Robert Louis Stevenson…y por supuesto Charles Dickens.  El afamado novelista británico fue el editor de una revista llamada All the Year Round. En sus páginas en forma de folletín se publicó por primera vez” Historia de dos ciudades” y  “Grandes esperanzas”. El amigo y colaborador de Dickens, Wilkie Collins también vio aparecer en el semanario “La dama de blanco” una novela que aunaba misterio, intriga, suspense y romanticismo. A lo largo de cuarenta semanas logró captar la atención del público británico y norteamericano, ya que se publicó simultáneamente en Harper's Weekly, un semanario neoyorquino. Pronto editada en forma de libro, fue objeto de numerosas reediciones y traducida a muchos idiomas.


Collins hijo de un famoso pintor paisajista, tuvo una fecunda obra en la que abundan, los sucesos sobrenaturales y la investigación detectivesca. Está considerado como uno de los mejores escritores, de un  tipo de literatura que en el mundo anglosajón recibió el nombre de sensation,  debido a sus impactantes argumentos.


Con tales ingredientes y precedida de una merecida fama, no es extraño que ya en el periodo mudo “La dama de blanco” contara con varias adaptaciones al cine. Pero si el género, que posteriormente recibió el calificativo de gótico, tuvo una época en que se llevó a la pantalla con especial acierto, estos fueron los años cuarenta del siglo pasado. A raíz del fulgurante éxito de “Rebeca”, las tenebrosas casas victorianas, ganaron adictos en los relatos de misterio. Uno de los más aclamados fue “La escalera de caracol” de Robert Siodmak.


Peter Godfrey, fue uno de esos artesanos que trabajaba bajo contrato de la Warner en aquella época. Relegado posteriormente a dirigir telefilmes, durante el periodo que nos ocupa, estuvo al cargo de cintas de primer nivel, protagonizadas por las más brillantes estrellas del estudio.  Bogart compuso uno de sus papeles más inquietantes en la estupenda “Las dos señoras Carroll”, mientras que Errol Flynn protagonizaba junto a Barbara Stanwyck otra intrigante cinta “El aullido del lobo”. Flynn repetiría con Godfrey en el drama “Nunca huyas de mi”, donde se hallaba envuelto entre dos amores interpretados por Ida Lupino y Eleanor Parker.



Eleanor Parker cuya carrera hacía el estrellato, no era impulsada por su estudio, pese a su singular belleza y capacidad profesional, encabezó el reparto de la primera adaptación sonora de la obra de Collins. Otra vez bajo las ordenes de Godfrey, la hermosa actriz deslumbra con su aparición en el inicio del relato. Encarnando a la enigmática mujer de blanco, logra impresionarnos tanto como al pintor Walter Hartright (Gig Young) al que encontrará caminando por el bosque, en busca de la mansión de los Fairlie, donde le han contratado como profesor de dibujo. La conversación entre ambos, la interrumpirá el carruaje que transporta al Conde Fosco (Sydney Greenstreet) un noble de oscuro pasado, director del manicomio local, que también reside en la mansión.  Su acompañante le refiere que la muchacha es una paciente que ha escapado de la institución. Cuando llegue por fin a la misteriosa casa, descubrirá que la joven  a la que tiene que dar las clases, Laura Fairlie (Eleanor Parker), guarda un enorme parecido con la misteriosa dama.

 

 

Esta apasionante cinta, cuenta además con la participación de otra belleza de la Warner “Alexis Smith” en el papel de Marian, la prima pobre de los atribulados Fairlie, y la inconmensurable actuación de Agnes Moorehead como la intrigante esposa del perverso Conde Fosco. Un entretenimiento por todo lo alto, en la que la subyugante presencia de Eleanor Parker, constituye el principal atractivo. A pocos días de su desaparición, sirva este modesto homenaje, de sincero recuerdo, a una de las estrellas más fulgurantes del Hollywood clásico.
La Carmen más hermosa de la historia del cine en la biografia de Marjorie Lawrence
Polvo de estrellas como la que forjó a Eleanor Parker
 
 

2 comentarios:

  1. Estupenda reseña sobre una olvidada peli, de la que sólo tengo breves momentos grabados en mi memoria. Creo que los blogs tienen que servir entre otras cosas para recuperar este tipo de títulos tan olvidados, y sacarlos a la luz de nuevo. Yo me voy a poner a buscarla ya!!!. Abrazo.

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  2. Eso intentamos hay miles de reseñas de El hombre tranquilo por ejemplo. Muchas gracias amigo y otro abrazo para ti

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