lunes, 24 de febrero de 2014

El rapto de las sabinas (1945) El viaje a ninguna parte de Totó

 

 
Cuando uno piensa cinematográficamente en  “El rapto de las sabinas” le viene a la mente la viril figura de Howard Keel contándoles la leyenda a sus hermanos, en el mítico musical de Stanley Donen. El rapto del que vamos a hablar hoy es mucho más modesto, rodado con exiguos medios, en los mismos escenarios que acababa de utilizar Rossellini en su mítica “Roma ciudad abierta”, esta modesta producción era la primera cinta que protagonizaba Totó después de la guerra.


 
 
Antonio de Curtis, nacido en 1898 en Nápoles, luchó durante buena parte de su vida porque fueran reconocidos sus derechos de nobleza. En 1946 al fin le son reconocidos una larga letanía de títulos comenzado por el de Príncipe de Bizancio, pero el más importante de todos es el de “Príncipe de la risa” que le brindará el aplauso del público. Desde comienzos de los años treinta es la gran figura de las variedades italianas, donde sus espectáculos obtienen un éxito rotundo.


 
 
Distinta es su suerte con el cinematógrafo, donde no acaba de encontrar su lugar. Uno de sus mejores intentos antes de la gran repercusión de “I due orfanelli”, es esta simpática cinta de  Mario Bonard  , un director todo terreno, que llevaba treinta años en el oficio.

 
Rememorando su época de juventud, aquí Totó interpreta al profesor Aristide Tromboni, director de una compañía de teatro itinerante, que recorre las provincias intentando saciar el hambre. La oportunidad les llegará cuando Totó visitando a las fuerzas vivas de la ciudad, haciendo propaganda para que vengan a ver la función, conoce al profesor Molmenti (Carlo Campanini) que acaba de escribir un drama sobre la famosa leyenda.



 
 
 
 
Gracias a sus dotes de persuasión y ayudado por la criada (Clelia Matania) que está secretamente enamorada del profesor, se pondrá en marcha el montaje de la obra, lo que proporcionará que los pobres actores puedan comer regularmente, cosa poco habitual. Este particular “Viaje a ninguna parte” en compañía del genial Totó, no será ninguna obra maestra, pero contiene escenas en las que el mítico cómico italiano, ofrece lo mejor de si mismo. También sirve para recordar a la simpática Clelia Matania, una actriz de gran espontaneidad que no tuvo la carrera que su talento merecía. No fue el caso del sin par Totó, que acabó dejando el teatro por el nuevo medio cinematográfico, siendo dirigido por los más prestigiosos realizadores, pero eso ya es otra historia.
 
 
P.D. Totó además de actor fue poeta y autor de muchas canciones napolitanas, de las cuales “Malafemmena” alcanzó gran repercusión. La cinta fue remontada y reestrenada en 1950, cuando Totó era una estrella con el título de “El profesor Tromboni”, siendo esta la copia que actualmente existe de la película ya que el negativo de la película original de 1945 se halla desaparecido.
 
 
 
 

 

 
 

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