domingo, 5 de enero de 2014

Estoy hecho un chaval (1977) Los reyes magos jubilados

 

El tema de los reyes magos, no se puede decir que haya  sido muy frecuentado por el cine. Si exceptuamos el papel de Baltasar, por cierto más blanco que la leche, en la celebrada “Ben-Hur”, su papel se circunscribe a la tradicional imagen de la adoración. Unos reyes muy especiales fueron Paco Martínez Soria, Roberto Font y Emilio Fornet, en la cinta de Pedro Lazaga “Estoy hecho un chaval”. Aquí interpretan a tres jubilados que para subsistir tienen que aceptar tan peregrina ocupación.

Basada en una obra de Alfonso Paso, un autor hoy prácticamente olvidado, pero que en los años sesenta gozó de una popularidad sin precedentes, esta tragicomedia tiene un argumento que lamentablemente no ha perdido actualidad: el drama del paro y las condiciones de vida de nuestros mayores.
Buscando información sobre la cinta, me he dado cuenta del abandono con el que tratamos nuestra cinematografía. Para un dato tan nimio como puede ser el del año de realización, existen hasta cuatro fechas 1975, 1976, 1977 y  1978. He tenido que bucear en la espléndida hemeroteca de ABC, para zanjar el asunto. La cinta todavía no había empezado a rodarse en 1975 puesto que  mediados de octubre todavía se estaba eligiendo el reparto. El estreno  se produjo a mediados de 1977.
Para cuando Martínez Soria protagoniza esta cinta, su figura es popular en las pantallas del cine desde hace más de una década. Vinculado al medio desde antes de la guerra civil, precisamente la sublevación le vino cuando rodaba una cinta junto a su amigo Rafael López Somoza. En su compañía debutó en los escenarios, su hábitat natural, donde recorrió toda España. Este aragonés natural de Tarazona y catalán de adopción, tuvo  en el barcelonés Teatro Talía su centro de operaciones. Popular en todos los teatros de provincias, su triunfo en Madrid se le resistía hasta que llegó el arrollador éxito de “La ciudad no es para mí”, escrito bajo pseudónimo por el sesudo académico Fernando Lázaro Carreter. Su adaptación al cine por Pedro Lazaga, nos brindó la imagen que todos tenemos del actor.
Pedro Lazaga uno de los directores más prolíficos de nuestro cine, fue responsable de las mejores cintas de Don Paco. Su obra más personal es quizás “Los tramposos” con Tony Leblanc y Conchita Velasco. El atisbo de denuncia social de esta, se reproduce casi dos décadas después con el retrato de este jubilado, que con su exigua paga no puede hacer frente a sus obligaciones. El descenso en su calidad de vida, de esta familia de la clase media española, me recuerda mucho a episodios que lamentablemente vuelven a reproducirse en nuestro país. El entre comillas final feliz, trabajando sin parar en una tienda de artesanía en Alemania, no deja de ser profético.
Y no es que a la comedia le falte humor, todo lo contrario. Pero tiene ese atisbo de amargura y sinceridad que la diferencia de otros títulos más burdos. Su encarnación de un viejo oficinista sin acentos localistas ni vestuario folklórico, tiene momentos de auténtica hondura. Como en la mayoría de sus cintas está acompañado de estupendos profesionales como el citado Roberto Font, un estupendo actor que hoy muy pocos recuerdan, Queta Claver, Antonio Ozores, Rafaela Aparicio y Alfredo Mayo.
Unas horas antes de que sus majestades de oriente, comiencen a repartir sus regalos en todos los hogares, quiero rendir un homenaje a todos mis compatriotas que tan mal lo están pasando y especialmente, a los que ahora tienen que ganarse los duros fuera de su tierra. A todos ellos con especial cariño, va dedicada esta entrada.

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