viernes, 3 de enero de 2014

Las furias (1950) Electra se sube a un caballo


La vinculación de Barbara Stanwyck con el western,  se remonta a una biografía novelada de Annie Oakley (1935) la famosa tiradora del espectáculo de Búfalo Bill. Pese a la no muy atinada dirección de George Stevens, Barbara  dejó bien claro que estaba hecha para el género. “Las furias” era la quinta cinta del oeste que protagonizaba, tras otros cuatro filmes, en el que destacaría la epopeya “Unión Pacífico” de Cecil B. de MIlle.

Pero la cinta dirigida por Anthony Mann, poco tenía que ver con el gran espectáculo de De Mille. Es una cinta oscura donde la nominada fotografía de Victor Milner, es fiel reflejo de un relato, que contiene elementos propios del cine negro en el que Mann había comenzado a descollar. Muchas son las influencias que se atribuyen al relato basado en una novela de Niven Busch, autor de los guiones de fantásticas películas como: “El forastero”, “El cartero siempre llama dos veces” o “Perseguido”. Al igual que aquí, otra novela de su pluma fue el origen de la arrebatada “Duelo al sol”.
El tratamiento cinematográfico de Charles Schnee, un magnífico escritor al que le debemos el guion de “Cautivos del mal”, da como resultado un texto profundo y complejo, donde los personajes están dibujados con gran objetividad, ya que nos permite conocer la cara más amable y oscura de cada uno de ellos. Eso da como resultado un relato en el que el predominio de la tragedia de onda raíz clásica, convive a la perfección con momentos de comedia, que dan una visión más natural de todo el conjunto.
“Las furias” es el nombre de una gran propiedad  que dirige con mano férrea   T. C. Jeffords, un hombre hecho a sí mismo, que tiene grandes paralelismos con el senador Jackson McCanles de “Duelo al sol”. Sólo que en esta ocasión su manera despreocupada de vivir, le obliga a vivir pendiente del crédito bancario. Walter Huston en el último papel de su distinguida carrera, da una auténtica lección interpretativa, al encarnar a este personaje tan cruel como generoso. Su hija Vance, lucha por cuadrar las cuentas de su pródigo padre,  endureciéndose a cada momento, por los crueles envites de la vida. Barbara Stanwyck le da su portentosa personalidad, a una mujer que se debate entre su lealtad filial y el amor que siente por el banquero Rip Darrow.
El astuto hombre de negocios, lo interpretó Wendell Corey , un actor de teatro que el productor Hal Wallis había descubierto para el cine. Frente a su calculadora figura se halla la de Juan Herrera, de lejos el personaje más noble de toda la cinta, que no dudará en sacrificarse por el amor no correspondido de Vance. Una notable actuación a cargo del gallardo Gilbert Roland. Y desde luego tampoco podemos olvidar a la siempre fascinante Judith Anderson, una actriz que siempre quedó ligada a la amenazadora ama de llaves de Rebeca, encarnando aquí a Flo Burnett, una madura aventurera que logra engatusar al viejo patriarca Jeffords.


Una cinta con menos acción y más rodaje en interiores, de lo que viene siendo habitual en Mann,  en esta ocasión las finanzas disparan con más tino que las balas, aunque estas estén bien presentes. Fascinante mezcla del género negro y el western, “Las furias” es una excelente muestra del buen hacer, de uno de los mejores directores de la historia del cine.

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