miércoles, 15 de enero de 2014

La isla del tesoro (1934) El jefe de Superman se hizo rico en una isla.

 

Uno de los mejores recuerdos de mi infancia está ligado a esta maravillosa novela de Robert Louis Stevenson. Creo que como muchos otros chicos de mi generación, gracias  a ello profesamos amor eterno a la lectura. Stevenson y Mark Twain son a mi parecer los mejores  narradores de literatura juvenil de todos los tiempos. Unen a la par entretenimiento y calidad literaria, cosas que no siempre van unidas.


“La isla del tesoro” que junto a “El extraño caso del Dr. Jeckyll” son de largo las dos novelas más populares de Stevenson, es una maravillosa novela de aventuras, con trasfondo histórico. Un género que cultivó en una época en que la novela naturalista y sicológica estaba en boga. Pese a su temprana muerte dejo una extensa obra que sigue admirándose por su nivel creativo. Pero como bien dijimos antes, los relatos del escritor escocés son además tremendamente divertidos, por lo que eran muy propicios para los espectáculos de masas, el teatro y el cine.



Publicada por entregas, como muchas otras novelas de la época en la publicación juvenil “Young Folks” fue su aparición en el formato de libro el que le dio rápidamente popularidad. Llevado al cine en numerosas ocasiones, en 1920 Lon Chaney  interpretó a John Silver el largo.



En la primera adaptación sonora, MGM decidió volver a unir a dos de sus principales estrellas: Jackie Cooper y Wallace Beery que habían protagonizado “El campeón” uno de los mayores éxitos de la compañía. La complicidad entre ambos es una de las mayores bazas de la cinta, aunque algunos puristas piensen que desvirtúa el propósito inicial de la novela. Lo cierto es que Victor Fleming, que llevaba quince años en el oficio, se había forjado una buena reputación como director de cine de acción, gracias a “El virginiano “ que catapultó al éxito a Gary Cooper y “Tierras de pasión” su segunda cinta para el estudio del león que convirtió en estrellas a Clark Gable y Jean Harlow.



Fleming que tiene en su haber películas tan importantes como “Capitanes intrépidos” y “El mago de Oz” inició su carrera en el mundo del cine como especialista gracias a su condición de piloto de carreras. Durante largo tiempo fue cámara de muchos filmes mudos, entre los que está la mítica “Intolerancia” de DW Griffith. Pese a ser el responsable de la mayor parte del metraje de “Lo que el viento se llevó”, su figura nunca ha sido apreciada suficientemente por la crítica, lo que me parece totalmente injusto. Cuantas páginas se han gastado glosando la obra de directores con una trayectoria mucho menos interesante.

 
 

El hecho de que la versión de Victor Fleming se rodara en blanco y negro, ha condicionado el que las generaciones posteriores, la tengan en el olvido, prefiriendo la producción de Disney rodada en Technicolor, que protagonizó Robert Newton. Aunque ambas versiones son estimables, yo me sigo quedando con la vieja cinta de la Metro. Será que siento predilección por Wallace Beery, un actor injustamente olvidado al que prefiero en este papel, frente a la histriónica interpretación de Newton. De otro lado está el carisma de Jackie Cooper, el primer gran actor infantil de la MGM, precursor de un trío conformado por Mickey Rooney y Freddie Bartholomew  que protagonizaron la maravillosa “El demonio es un pobre diablo”.


Las estupendas actuaciones de Lewis Stone y Lionel Barrymore y Charles 'Chic' Sale, como el alunado Ben Gumm, ayudan a que esta añeja aventura, siga guardando el encanto que tiene la perdida niñez en nuestros corazones.


P.D. Jackie Cooper reverdeció viejos laureles en la década de los ochenta, interpretando a Perry White el poco escrupuloso editor del Daily Planet en la popular saga de Superman protagonizada por Cristopher Reeve.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario