sábado, 18 de enero de 2014

Maria Estuardo (1936) La majestad de Katherine Hepburn

 

Sé que algunos se tiraran de los pelos, viendo esta cinta de John Ford en el blog. Que para muchos es una mancha en su impecable filmografía y que es mejor dejarla en el olvido. Curiosamente algunos de los que afirman esto, no se han tomado la molestia de ver entera la película. Que no es una obra maestra, eso es cierto. Pero hay muchísimos ejemplos de buenas películas que sin serlo, nos hacen pasar un agradable rato y esta es una de ellas.

Famosa más por el idilio entre su director y la protagonista Katherine Hepburn, “Maria Estuardo” es un filme biográfico típico de la época. Ante las acusaciones sobre la falta de rigor histórico de la cinta, cabe responder que es un mal endémico en el cine. Ni determinadas cintas con ínfulas de prestigio como “Espartaco” de Stanley Kubrick, escapan al certero juicio de un aficionado a la historia de un mínimo nivel. Hay algunas apologías delirantes como la que hace Ken Hughes de Oliver Cromwell, convirtiendo en un demócrata de toda la vida a un dictador brutal.


Ya sabemos que la mayoría de las películas mal llamadas históricas, suelen ser meras adaptaciones de novelas u obras de teatro.  En este caso se trata de una obra en verso de Maxwell Anderson estrenada tres años antes. El otrora periodista y poeta, se decantó finalmente por el género dramático, con gran éxito de crítica y público. La época isabelina no solo inspiró este drama, tan bien fue la fuente para “La reina Elizabeth” y “Ana de los mil días” ambas llevadas a la pantalla. Otra de sus piezas totalmente alejada del tema “Cayo largo”, se convirtió en una gran película de Huston con Bogart, Bacall y el siempre perfecto Robinson.



Se suele culpar al por lo demás excelente guionista Dudley Nichols, de no haber sabido liberarse del encorsetamiento de la obra original. Lo que no se dice es que la productora RKO, hizo un montaje monstruoso cercenando varias escenas de Ford e insertando nuevo material, ajeno al director. Pese a todo, la grandeza del cineasta de origen irlandés salé a relucir en muchas ocasiones, como en la llegada de María en medio de la niebla.  Katherine Hepburn compone con elegancia y cercanía su papel, mientras el irregular Fredric March logra una muy buena actuación como el intrepido Bothwell. Otros compañeros habituales de Ford como John Carradine y Donald Crisp, aunque algo desubicados saben estar a la altura.



Muchos preferirán a la María encarnada por Vanessa Redgrave, en el filme de 1971 de John Hall, menos fabulador históricamente. Pero yo prefiero sin dudarlo a mi Kate, subida en la almena, bellísima, divisando un horizonte sin futuro, una cosa es la historia y otra muy distinta el cine.



P.D. Se cuenta que Ginger Rogers quería hacer el papel, pero me parece que el señor Ford no estaba por  la labor. Aunque bien visto tampoco resulta tan descabellado porque en la adaptación radiofónica
interpretó a María, Joan Crawford.

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