sábado, 11 de enero de 2014

La reina del vaudeville (1962) Madre hay una sola, afortunadamente

En España tenemos la costumbre de  importar muchas cosas de los Estados Unidos. Al fin y al cabo es el imperio actual, por lo que es muy lógica esa reacción. Uno de los fenómenos que más han calado en las últimas décadas es el del monólogo. Nacidos en los clubs nocturnos estadounidenses, sus primeros cultivadores fueron hombres. Una de las primeras mujeres que triunfaron con este género sobre las tablas del escenario, fue la mítica Gypsy Rose Lee, conocida como la reina del burlesque.  Una artista precusora del strip tease, al que dotaba de un gran sentido del humor, gracias  a los monólogos que con frecuencia ella misma escribía.
 

Además de impregnar de glamour al género ínfimo, su polifacética personalidad le permitió escribir dos novelas de misterio, una de las cuales fue llevada al cine por William A. Wellman con Barbara Stanwyck “La estrella del variedades”. Mujer comprometida con la izquierda, durante la guerra civil española, apoyo la causa republicana y envió fondos para la ayuda de los niños españoles. Al estar relacionada con círculos comunistas, fue investigada por el macabro comité de actividades antiamericanas, conocido popularmente como “La caza de brujas”. Asimismo tuvo una agitada vida sentimental con personas de ambos sexos. Pero la relación más traumática, fue la que mantuvo con su madre Rose Louise Hovick, una actriz frustrada que quiso lograr con sus hijas el triunfo que a ella se le había negado.


 

Tras la muerte de su madre, Gypsy  se decidió a publicar sus memorias,  centradas en las peripecias que ella y su hermana June padecieron durante la infancia. El éxito que tuvieron, motivó su posterior conversión en obra musical. Un espectáculo en el que trabajaron muchos de los mayores talentos de Broadway, bajo la experta dirección de Jerome Robbins, cuya anterior obra “West side story” había convulsionado el mundo del musical. Con la excepción del músico Leonard Bernstein, el mismo equipo se ocupó de este brillante musical que se mantuvo durante 720 representaciones.



La vibrante Ethel Merman, fue la encargada de dar vida a la indómita Mame Rose. Un personaje que en la versión cinematográfica recayó en la genial Rosalind Russell, que había reverdecido su carrera con la excelente “Tía y Mamá” (http://ramonnovarr.blogspot.com.es/2013/10/tia-y-mama-1958-nueva-york-era-una.html). Russell consigue transmitir  todos los matices de un personaje de gran complejidad, al que uno ama y odia por momentos. Como su eterno enamorado, Karl Malden está excelente, algo habitual por otra parte en el magnífico actor. Para interpretar a Gypsy, la Warner eligió a la bellísima Natalie Wood, cuyas últimas películas “Esplendor en la hierba” y “West side story” le habían colocado en primerísima fila del star system de Hollywood. Ella interpreta con gran sensibilidad a un personaje que pasará, de ser la sombra de una hermana famosa, al estrellato del burlesque.



Mervin Le Roy que ya había realizado musicales en su primera etapa en la Warner, conocía de sobra el mundo del vaudeville, al que se había dedicado en su adolescencia. El veterano cineasta, dirige con solvencia esta colorista adaptación que pese a su largo metraje, entretiene de principio a fin.


 
P.D. A nadie se le escapará el gran paralelismo del personaje de June, con la celebérrima protagonista de “¿Qué fue de Baby Jane? Rodada por Robert Aldrich ese mismo año. Afortunadamente para June, tuvo una meritoria carrera como secundaria en el cine. El retrato que de ella se ofrecía en las memorias de Gypsy, le mantuvo enemistada con su hermana, hasta poco antes de su muerte.
Gypsy Rose Lee tenía en su casa de Los Ángeles obras de artistas de la talla de  Joan Miró, Pablo Picasso, Marc Chagall, Max Ernst y Dorothea Tanning. Según propia confesión regalo de todos ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario