martes, 19 de noviembre de 2013

La tierra de todos (1926) Una sueca para dos españoles.

 

Cuando muchos escritores célebres abominaban del cinematógrafo, el escritor valenciano Blasco Ibáñez se decidió a adaptar el mismo sus novelas. Pese al éxito en España y Francia de su propia versión  de “Sangre y arena”, sería la industria de Hollywood quien convirtiera su figura en una celebridad de talla mundial. El arrollador éxito en Norteamérica de “Los cuatro jinetes del apocalipsis” vendiendo miles de ejemplares, propició que la Metro Pictures se hiciera con los derechos de la obra. La película realizada con todo lujo de medios, batió todos los records de taquilla y encumbró como arquetipo del latin lover a Rodolfo Valentino.


Mientras en la primera década de los veinte, las obras de Blasco eran adaptadas con asiduidad, los estudios de Hollywood se decidían a contratar a los brillantes cineastas del norte de Europa. Autores del calibre de Ernst Lubitsch  y Victor Sjöström  cruzaron el océano, en una diáspora de talentos que culminó en la contratación por parte de William Fox del genial Murnau. Siguiendo esa estela la recién creada Metro-Goldwyn-Mayer, puso en nómina a otro prestigioso realizador que había triunfado en Suecia, Mauritz Stiller. Pese a la inicial reticencia del magnate Louis B. Mayer, el director finlandés logró convencerle de que también contratara a una bella actriz que había tenido papeles secundarios en dos famosas cintas europeas: La leyenda de Gösta Berling (1924) del propio Stiller y Bajo la máscara del placer (1925), producción alemana de G. W. Pabst en la que actuaba la posteriormente famosa Marlene Dietrich.


La bisoña artista no era otra que la simpar Greta Garbo. Cuando llegó a Nueva York apenas un fotógrafo del estudio la esperaba. Parecía que le costaría alcanzar el estrellato, pero una prueba cinematográfica captada por la sensible cámara de William Daniels , propició el que se le diera una oportunidad, sustituyendo a Norma Shearer en el papel de una campesina que se convierte en famosa diva. Se trataba de la adaptación de la novela de Blasco “Entre naranjos” que en USA se titularía Ibañez´s Torrent, El torrente.

Advertidos de la magia que desprendía en la pantalla, los magnates del estudio le dieron el papel protagonista de “The Temptress” (la tentadora) que tomaba como argumento “La tierra de todos” novela de Blasco Ibáñez editada en 1922. La ilusión del director Stiller que debutaba en América dirigiendo a su pupila, fue truncada al poco de comenzar el rodaje, por su según el estudio,  nula adaptación al sistema de producción de Hollywood.


En su momento se culpó al protagonista de la cinta, el madrileño Antonio Moreno de ser el causante del despido del realizador. En la cúspide de su fama tras interpretar al marino Ulises Ferragut en “Mare Nostrum” (otra vez Blasco) aquí interpretaba al ingeniero argentino Manuel Robledo que mantenía una tempestuosa relación con una mujer fatal llamada Elena.

Ambientada en el París cosmopolita y la Patagonia Argentina, ambientes de sobra conocidos por el novelista español, es una hermosa historia de amor y redención, personificada en el fascinante personaje de Elena, que con tanta brillantez representa la mítica Garbo.


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