domingo, 3 de noviembre de 2013

La reina de Cobra (1944) En glorioso Technicolor



Las fantasías orientales,  causaron furor a comienzos de los años cuarenta,  donde un público afligido por la guerra buscaba escape en estas sencillas historias rodadas en brillante Technicolor. Prácticamente todos los estudios rodaron alguna película de este género, pero sin duda fue Universal el que más incidió en el tema.

 

La dominicana María Montez hija de un comerciante canario, protagonizó en esa década casi todos los títulos más celebres. Su temática no solo se circunscribía a la idealización del Bagdad de las mil y una noches, también contó con aventuras enclavadas en ignotas islas. Tal es el caso de “La reina de Cobra” donde la bella Tolea en vísperas de su boda es raptada por los nativos de su isla natal. Allí descubrirá que tiene una hermana llamada Naja, sacerdotisa del cruel culto que aterroriza a los nativos.

 

Acompañada del apuesto John Hall y del simpático Sabú con los que coincidió en otros filmes, María Montez nos invita a este reino de la ilusión que todavía conservamos desde nuestra infancia.
 
 

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